El presidente estadounidense, Donald Trump, está dispuesto a ampliar el alcance de los aranceles punitivos sobre las importaciones de bienes de China hasta casi 500.000 millones de dólares anuales, tras anunciar Pekín este martes que responderá a la última medida de Washington.
Trump advirtió este martes por medio de un tuit que cualquier nuevo paso dado por China contra los productores estadounidenses derivaría en una "gran y rápida represalia económica". Un día antes el mandatario ya amenazó con imponer aranceles adicionales sobre las importaciones desde China por valor de 267.000 millones de dólares.
Repitiendo la amenaza en el Despacho Oval de la Casa Blanca, Trump dijo la tarde del martes: "No queremos hacerlo pero, probablemente, no nos quedará otra opción".
El Gobierno de EE.UU. anunció este lunes una nueva tanda de tarifas del 10% sobre la importación de mercancías chinas por valor de 200.000 millones de dólares, vigentes desde este 24 de septiembre, y prometió aumentarlas en más de dos veces a partir del 1 de enero de 2019.
China no se quedó de brazos cruzados y anunció aranceles de represalia contra EE.UU. que afectarán a mercancías por valor de 60.000 millones de dólares a partir del mismo 24 de septiembre.
Paralelamente, Pekín presentó este martes una queja en la Organización Mundial del Comercio sobre la conducta estadounidense.
¿Negociaciones?
Esas medidas echan leña al fuego de la prolongada disputa comercial entre las dos mayores economías del mundo y socavan la posibilidad de mantener negociaciones, tal y como había sugerido el Departamento del Tesoro de EE.UU.
Una fuente gubernamental china dijo bajo condición de anonimato a South China Morning Post que Pekín ahora está revisando sus planes de enviar una delegación a Washington para entablar negociaciones con el secretario del Tesoro, Steven Mnuchin.
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