El peso argentino se ha devaluado un 100% en lo que va de año. El banco estadounidense Citibank indicó en su informe que la inflación en Argentina podría alcanzar el 48,5% en 2018 y llegaría al 50% a comienzos de 2019.
La periodista Mary Anastasia O'Grady considera en su artículo publicado en The Wall Street Journal que adoptar el dólar sería una eficaz medida que ayudaría a Buenos Aires a salir de esta crisis.
Por su parte, el economista argentino Guillermo Calvo señaló en una entrevista al periódico argentino La Nación que la dolarización es algo que las autoridades argentinas tendrían que pensar más seriamente en adelante.
"Mientras la Argentina no haga esto último, no podrá crecer", apuntó Calvo, aunque agregó que por ahora es prematuro efectuar la dolarización, que igualmente no ayudaría a aliviar el problema de la deuda y de déficit de cuenta corriente.
Además, Calvo admitió que la dolarización privaría a las autoridades argentinas de intervenir en el tipo de cambio. Los bancos centrales de muchos países suelen manipular los tipos de cambio de la moneda nacional a través de las intervenciones para apoyar la actividad comercial de las empresas exportadoras.
A pesar de las voces que abogan a favor de la dolarización, hay otras que consideran que es una mala idea. El economista y ex viceministro de Economía Carlos Rodríguez señaló en una entrevista al diario argentino Clarín que un país que no tiene suficientes dólares, no puede dolarizar su economía.
El experto considera que la dolarización es incapaz de resolver los problemas estructurales y es solo una "alternativa B", la que las autoridades argentinas podrán llegar a utilizar en caso de que colapse el peso.
El periodista Claudio Fabián Guevara destaca en su artículo para Telesur que la situación actual en Argentina se parece a la que se produjo en 1989, que estuvo marcada por la hiperinflación.
En aquel entonces, las autoridades argentinas decretaron la Ley de Convertibilidad del Austral, que establecía una relación cambiaria fija entre la moneda nacional y la estadounidense, a razón de 1 dólar estadounidense por cada 10.000 australes o posteriormente un peso convertible.
Aunque esta medida ayudó a reducir considerablemente la inflación desde 1997, Argentina pasó a tropezar con problemas que fueron causados por su aplicación.
Si en los primeros años las autoridades argentinas podían conseguir dólares en abundancia al acudir a la privatización de las empresas estatales y fondos jubilatorios, una vez finalizado este proceso ellas tuvieron que acumular deuda externa.
Lo hicieron porque la economía agroexportadora de Argentina era incapaz de producir suficientes ingresos en divisas.
Según Fabián Guevara, la aprobación de esta ley contribuyó finalmente a que se produjera la crisis de diciembre de 2001 en Argentina. El columnista opina que la propuesta de dolarizar la economía de Argentina no se puede explicar solo por el contexto interno.
"La necesidad imperial de mantener la hegemonía del dólar ha sido más importante que la explotación del petróleo en la historia de la última década", escribe.
El periodista destaca que mientras que un bloque de países emergentes, encabezado por Rusia, China y la India, está buscando la manera de sustituir al dólar como moneda de referencia internacional, la dolarización de Argentina sería una conquista simbólica para los que están tratando de mantener la hegemonía de la divisa norteamericana.
De acuerdo con el autor, si las autoridades deciden reemplazar el peso por el dólar no podrán hacerlo porque necesitarán demasiadas reservas internacionales que actualmente están perdiendo a causa de la acelerada crisis cambiaria.
Argentina no es el único país en el que se llevaron a cabo discusiones acerca de la dolarización. Ecuador incluso fue más allá de las simples conversaciones y adoptó la dolarización hace 18 años. Esta medida aplicada para luchar contra la alta inflación funcionó solo al principio, según el diario Clarín.
El economista de la empresa consultora Maxinver Eduardo Blasco señala al medio argentino que a pesar de los efectos positivos, la dolarización no ayudó a solucionar definitivamente los problemas que enfrentaba este país.
"Ecuador sigue con problemas fiscales y económicos y con un riesgo país alto. Sigue siendo un país muy dependiente del petróleo y de otros productos primarios y tiene una muy baja industrialización", asegura.
A su vez, Federico Furiase, experto de la empresa consultora EcoGo, recalca que la dolarización no solucionaría los problemas de Argentina sino "los pondría debajo de la alfombra". A este respecto considera que la única manera de conseguir un tipo de cambio competitivo para las exportaciones es intentar bajar la inflación. Para eso es necesario conseguir la reducción del déficit fiscal.
Además, ideas semejantes acerca de la dolarización de la economía surgieron también en Venezuela. El candidato opositor en las presidenciales más recientes, Henri Falcón, abanderado de Avanzada Progresista, prometió dolarizar la economía de llegar a la Presidencia de Venezuela.
Según el periodista Leonardo Vera, esta idea no sería viable en caso del país caribeño. Para dolarizar una economía hay que tener dólares en abundancia y Venezuela no los tiene, al igual que Argentina.
Además, Vera recuerda, en su artículo publicado en el portal Prodavinci, que las economías que optaron un día por la dolarización consiguieron implementarla solo porque "de facto el dólar era el medio de pago habitual en la sociedad".
Sputnik
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