Sewing explicó que la coyuntura global ha superado su cenit y que la incertidumbre crece, lo que hace más probable fluctuaciones aún más grandes en los mercados. Esto puede explicarse, en parte, por los cambios políticos en Europa —ejemplificó con Italia— que reavivaron discusiones que recuerdan los momentos que se vivieron en la crisis de 2010.
Explicó que hace décadas que el diferencial de los tipos de interés entre Europa y EEUU no era tan grande, pero ahora ese diferencial se hace más notable y arroja interrogantes a nivel mundial.
El cambio en el escenario mundial y las relaciones entre los jugadores hegemónicos dan cuenta de una situación que no es comparable a aquella que se vivió cuando Lehman Brothers se declaró insolvente. Sewing recuerda que en aquel momento se llevó una acción coordinada entre EEUU y Europa.
Por último, el banquero advirtió que "la inestable situación en Turquía crea nuevos interrogantes respecto a la estabilidad de otros países con economías emergentes, como Argentina, Sudáfrica o Indonesia".
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