Análisis de los sedimentos de una laguna en la península de Yucatán (México) han revelado qué tan extremo fue el periodo de sequía que azotó la zona hace poco más de mil años, una de las posibles causas del misterioso colapso de la civilización maya.
Un equipo liderado por científicos de la Universidad de Cambridge (Reino Unido) tomó muestras del fondo de la laguna Chichancanab, que revelaron una reducción de las precipitaciones en el área de entre 50 y 70 por ciento entre los siglos IX y X de la era moderna.
Tales condiciones climáticas se conocían previamente, pero este estudio —publicado en la revista Science— es el primero que logra cuantificar el grado de intensidad de la sequía. De acuerdo con el líder de la investigación, Nick Evans, esto fue posible gracias al análisis de "agua fósil".
En concreto, basándose en la idea de que el tamaño de la laguna se habría reducido en periodos secos, los científicos extrajeron diversas capas de sedimentos del fondo de ella —cada una con información asociada a diferentes periodos en el pasado—, y buscaron signos de evaporación.
Según Evans, a medida que el agua se evapora, las partículas más ligeras se difuminan primero, dejando atrás elementos y minerales pesados como el yeso, que fue encontrado en estado cristalizado por los investigadores en Chichancanab tras un minucioso análisis de su cronología geológica.
"Esto es lo más parecido a tomar muestras de agua en el pasado", indicó Evans citado por The Washington Post, detallando que la composición química de esa "agua fósil" reveló la época, duración e intensidad de los periodos de sequía en el área donde prevaleció la cultura maya.
Es una de las varias teorías que se manejan sobre el colapso de esa civilización. Los científicos creen que la falta de precipitaciones pudo ser ocasionada por cambios en la circulación atmosférica y disminución de la frecuencia de ciclones tropicales, pero señalan que otros factores, como la deforestación, también pudieron originar la sequía.
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