Al recordar la próxima reunión del 9 de agosto con su homólogo ruso, Vladímir Putin, en San Petersburgo, el líder turco señaló que la política exterior turca no debe basarse en el principio "deje a uno y apóyese en otro".
Las relaciones entre Moscú y Ankara se deterioraron después de que un caza turco abatiera el 24 de noviembre de 2015 un avión militar ruso Su-24 que retornaba a su base tras bombardear objetivos terroristas en Siria, lo que Putin calificó como una "puñalada por la espalda" y ordenó al Gobierno imponer restricciones económicas a Turquía.
La tensión empezó a disminuir a finales de junio pasado, después de que el mandatario turco se disculpara por el incidente aéreo, cumpliendo una de las condiciones de Moscú para la normalización de las relaciones.
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