Mariano Rajoy está "absolutamente" decidido a seguir al frente del PP y, además, se muestra convencido de que ocupará la presidencia del Gobierno durante una legislatura más. Nunca ha pensado en renunciar e incluso ha afirmado: "No creo que sea bueno para España ni para mi partido que yo me vaya".

Ha admitido que nadie es imprescindible pero también ha hecho hincapié en que "la voluntad de los españoles es mucho más importante que la de Pedro Sánchez", el rival político que rechaza cualquier tipo de pacto con el PP y que se ha negado a dialogar con él.

"Mi voluntad", ha asegurado en una entrevista concedida a la Cadena Ser, "es que mientras me encuentre bien, con ganas y fresco, quiero mantenerme. Creo que estoy en un buen momento".

El presidente en funciones y líder del PP ha señalado que por el momento en su partido no se ha tomado ninguna decisión sobre si él, como candidato a la presidencia, participará sin restricciones en los debates electorales. "No hemos tomado ninguna decisión sobre ese asunto. Siempre estoy a las órdenes del equipo de campaña. Ahora no tengo ningún criterio tomado. A nadie le apetecen debates. Hay que prepararlos muy bien y requieren un gran esfuerzo, no es algo cómodo aunque en una democracia ya sé que es necesario. No se trata de que me apetezca sino de que cumplamos unos estándares democráticos razonables", ha dicho.

Rajoy no ha dado tampoco la impresión de querer propiciar un sistema de primarias en el PP. No obstante, ha dejado la puerta abierta a "debatirlo" en el próximo Congreso del partido. "Escucharé atentamente al partido", ha afirmado antes de asegurar que el PP tiene "cauces más democráticos que otros".

Preguntado por el caso de la esposa del comisario europeo Miguel Arias Cañete, acogida a la amnistía fiscal ha optado por señalar que "afortunadamente" no conoce los datos fiscales de los contribuyentes, para eludir la cuestión. Respecto al caso del ex ministro de Industria, José Manuel Soria, no ha dudado en echarle un capote apuntando que le cree y recordando que decidió renunciar rápidamente a su puesto. "A mí me lo explicó y me convenció", ha dicho. "Él tomó su decisión, fue valiente y fue coherente y hay que respetarlo".

"A mí no me ha citado un tribunal nunca"

El presidente ha admitido que algunas de las personas de su partido implicadas en casos de corrupción siguen siendo sus amigos en tanto que de otros se ha distanciado. "Creo que he nombrado de una manera razonable", ha asegurado antes de recordar que a él "no le ha citado un tribunal nunca".Rajoy ha reiterado que "nunca" supo que las obras de Génova se iban a pagar en negro. "Claro que me preocupa la corrupción", ha afirmado, "pero por eso hemos tomado medidas. Seguiré dando todas las batallas de que sea capaz para que esto no se vuelva a repetir nunca", ha insistido.Respecto al conflicto catalán, ha afirmado que "la relación entre administraciones ha funcionado con normalidad", aunque ha avisado de que cuando alguien se salta una ley lo mejor es que decida el Tribunal Constitucional.

Menos contundente se ha mostrado en relación con una hipotética reforma de la Carta Magna. Ha dicho estar dispuesto a hablar pero siempre y cuando se sepa qué es lo que se quiere reformar y lo que se quiere preguntar a los españoles. "Conviene concretar", ha dicho, y "dejar de lado la propaganda".Además, coincidiendo con la publicación de los últimos datos que muestran un descenso de 83.600 parados, Rajoy se ha declarado "contento" especialmente, ha dicho, porque se ha podido conjugar la reducción del déficit con crecimiento y creación de empleo.

Y a ello ha añadido que "en cuento pueda" bajará de nuevo los impuestos. "Conciliar todo no es fácil", ha advertido cuando se le ha reprochado el incumplimiento de los objetivos de déficit.

Y ha añadido: "Me importa mucho más llegar a los 20 millones de ocupados que reducir el déficit".Pese a ello, el presidente en funciones ha hecho hincapié en que si las cosas no cambian, España podrá registrar un crecimiento económico del 3% en 2016 y se situará en un 2,9% de déficit.

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