Anteriormente, el portavoz del presidente turco, Ibrahim Kalin, declaró que Ankara levantará el estado de excepción el 18 de julio al advertir que será reintroducido en caso de amenaza.
El estado de emergencia nacional fue impuesto en Turquía tras la intentona golpista militar del 15 de julio de 2016, y desde entonces fue prorrogado en varias ocasiones, otorgando a las autoridades turcas amplios poderes para tomar decisiones como el despido de funcionarios, la confiscación de sus bienes, o las detenciones masivas de los sospechosos de estar implicados en la organización del golpe frustrado.
Las autoridades turcas acusan al predicador islámico Fethullah Gulen de haber sido el cerebro de la intentona golpista.
El mismo Gulen, quien vive autoexiliado en Pensilvania, EEUU, desde 1999 y en cuya extradición insiste Ankara, rechaza en términos categóricos su implicación en la asonada, que se saldó con unos 250 muertos y 2.200 heridos.
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