Según un estudio que publicaron en PLoS Pathogens, los científicos condujeron una serie de experimentos sobre gusanos de la especie 'Schistosoma mansoni', conocidos como esquistosomas, y determinaron que la proliferación exitosa de estos parásitos depende de la interacción de dos proteínas —SmMBD2/3 y SmCBX— en el interior de sus células.
Los investigadores utilizaron una técnica denominada ARN interferente para lograr que los genes del esquistosoma produjeran (codificaran) una menor cantidad de esas proteínas. Esto provocó que el parásito desarrollara un menor número de células madre, lo que a su vez redujo la cantidad de huevos patógenos depositados por los gusanos.
¿Por qué todas estas personas se dejarían infectar por un temible gusano parásito?
"Estos resultados sugieren que las dos proteínas juegan un papel esencial [...] dado que la producción de huevos es un paso clave en la infección humana y la transmisión de la enfermedad", escribe Karl Hoffmann, coautor del estudio, en The Conversation. "Este es solo un paso en lo que podría ser un camino hacia un nuevo tratamiento", añadió.
De acuerdo con los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de EE.UU. (CDC, por sus siglas en inglés), la esquistosomiasis –conocida en muchos países como bilharzia– es la segunda enfermedad parasitaria más devastadora, después de la malaria, con más de 200 millones de personas en todo el mundo infectadas por el parásito y más de 200.000 muertes cada año por su causa.
"En esta era de viajes globales y clima cambiante, los gusanos parásitos se están moviendo lenta pero seguramente hacia partes de Europa y América del Norte", asevera Hoffmann.
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