La economía, se dice en el texto, está sometida a "las incertidumbres acerca del curso futuro de las políticas económicas domésticas, que se derivan de un contexto en el que la configuración de fuerzas parlamentarias puede dificultar la conformación de mayorías que impulsen la actividad legislativa".
Además, podría haber "un cierto debilitamiento del consumo, como consecuencia de la pérdida de poder adquisitivo que se deriva del repunte de la inflación".
Esta tendencia podría romper el crecimiento constante del 0,7% en los últimos cuatro trimestres consecutivos.
"El crecimiento del PIB tendería, no obstante, a moderarse en los próximos años como consecuencia del alza reciente del precio del petróleo, una contención gradual de los ritmos esperados de avance de los mercados exteriores y un cierto atemperamiento del impulso expansivo procedente de la política monetaria", explica el Banco.
Aunque "se espera el mantenimiento del tono expansivo de las políticas de demanda y de la trayectoria favorable de la economía mundial", el crecimiento se ralentizaría y el PIB pasaría del 2,7% de 2017 al 2,4% en 2018 y el 2,1% en 2020.
El informe, cuyos resultados se dieron a conocer este 27 de junio, es el primero que publica el organismo tras el nombramiento de su nuevo gobernador, Pablo Hernández de Cos. Sputnik
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