A pesar de que algunas retransmisiones de los partidos de Irán fueron cortadas en cuanto en la imagen aparecía una mujer en un estadio, las mujeres ya han hecho historia en este Mundial de Rusia 2018. Por primera vez desde 1979, pudieron entrar a un estadio de fútbol en Teherán, compartir ese espacio con los hombres y disfrutar de un partido, el Irán-España.
Y hasta el último momento pareció que su sueño no se iba a hacer realidad. Las miles de personas que acudieron al estadio vieron cómo la policía mantenía las entradas cerradas e informaba de la cancelación de la retransmisión del partido en el estadio Azadí, como ya ocurrió con el Marruecos-Irán unos días antes. Finalmente, una hora antes del inicio del duelo con España, uno de los organizadores confirmó a Efe que habían solucionado los problemas con los permisos y que las puertas se abrían al público, dando paso a un jolgorio generalizado.
Con banderas iraníes y el rostro pintado con los colores nacionales, las mujeres entraron ilusionadas al estadio Azadí, con la esperanza de poder ver en un futuro los partidos en vivo, y no solo a través de una pantalla como en esta ocasión. «Es la primera vez que vengo al estadio Azadí y estoy muy contenta, siento que hay libertad», dijo a Efe entusiasmada desde la grada Shirin Karamí, una estudiante de máster de 29 años. Karimí afirmó que no se estaba registrando «ningún problema» y que las mujeres se sentían «muy cómodas» en el estadio, refutando algunas de las razones que los conservadores iraníes alegan para prohibir su acceso a los estadios.
El supuesto ambiente violento y el lenguaje soez empleado por algunos hinchas no es considerado apropiado para las mujeres, según las autoridades iraníes, que con este planteamiento se oponen a su presencia en los estadios desde el triunfo de la Revolución Islámica de 1979. Es habitual, no obstante, que las mujeres intenten colarse disfrazadas de hombres con gorras, pelucas e incluso barbas postizas, pese al riesgo de ser descubiertas y detenidas por la policía. «Me gustaría que esto continúe y podamos ver aquí los partidos en vivo», sentenció la estudiante, acompañada de su novio y otra pareja de amigos, que no pararon de animar a la selección iraní durante todo el encuentro. Aficionadas iraníes han acudido también a Rusia a seguir al llamado «Team Melli», pero la televisión iraní ha censurado en general su imagen en las retransmisiones al no ir vestidas acorde a la normativa islámica iraní.
El propio presidente iraní, el moderado Hasan Rohaní, se preguntó el pasado mayo si «¿impedir que las mujeres asistan a los espacios deportivos como espectadoras es favorable a la imagen del islam?». «Dicen que las mujeres no deberían escuchar a los hinchas masculinos maldecir en los estadios de fútbol, ¿deben nuestras mujeres pagar por ello?», planteó Rohaní.
En opinión de Shirin Rezaí, una administrativa que acudió al estadio Azadí con su marido y su hijo pequeño, esta oportunidad «dio una autoconfianza especial a las mujeres». «Fue perfecto y no ocurrió nada malo. Todo el mundo se comportó con respeto y hombres y mujeres vieron juntos el fútbol», explicó a Efe a la salida del partido. Rezaí indicó que esta medida «podría haber llegado antes» y subrayó que «si permiten ver el fútbol en directo a las mujeres tendrá un efecto positivo». «Es el derecho de la mujer venir a ver el fútbol y a su selección», aseveró.
El conjunto iraní perdió el partido 0-1 pero, como dijo en Twitter el capitán de España, Sergio Ramos, «ellas son las que ganaron esta noche. Esperemos que sea la primera (vez) de muchas».
ABC.es