La bacteria Mycobacterium vaccae, encontrada en el barro o el estiércol de vacas, posee cualidades anti inflamación y se estudia como posible remedio contra tuberculosis, asma, psoriasis y eczema.
Pero también puede tratar inflamaciones más finas, al estilo de las que ocurren en el cerebro de los seres vivos cuando se enfrentan con situaciones de estrés.
Un equipo de los científicos de la Universidad de Colorado (EEUU) trabajó sobre un estudio anterior que detectó esta característica de la Mycobacterium vaccae y precisó cómo exactamente se logra la 'pacificación' ante una situación adversa.
Resultó que la administración de una vacuna basada en el microrganismo en ratones aumentó la presencia de las moléculas de interleucina-4 en el hipocampo de los mamíferos. Esta sustancia bloquea ciertos procesos inflamatorios en el cerebro, explica el portal científico ruso Naked Science.
Como consecuencia, la síntesis de dos proteínas esenciales para los procesos de inflamación en el cerebro se modificó. Una, 'responsable' de provocar la reacción inmunológica al daño celular, se redujo, y otra, 'protectora' contra los procesos inflamatorios, aumentó.
Así, los ratones vacunados afectados por golpes de electricidad se mostraron más tranquilos que sus homólogos del grupo de control.
Todo esto abre el camino para el uso de la vacuna basada en la Mycobacterium para combatir trastornos mentales, como el estrés postraumático, la depresión o el trastorno bipolar. Todos ellos tienen como causa la inflamación que afecta las células cerebrales.
No obstante, todavía falta mucho para crear un fármaco ya que se necesita confirmar si las conclusiones iniciales se aplican al cerebro humano.