También serán cerradas las demás unidades cuyos equipos habían participado en la asonada, añadió el jefe del Gobierno.
Turquía vivió en la noche del 15 de julio un fallido golpe militar que se saldó con 246 muertos —sin contar a los amotinados— y casi 2.200 heridos.
Decenas de miles de militares, policías, jueces, funcionarios y profesores fueron suspendidos, detenidos o están siendo investigados en Turquía que declaró el estado de excepción por tres meses.
El Gobierno turco sostiene que detrás de la asonada está el clérigo opositor Fetullah Gülen, cuya extradición exige a EEUU. El propio Gülen, residente en Pensilvania, rechaza las acusaciones.
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