El equipo bávaro igualó la eliminatoria con un gol de falta en el minuto 31 de Xabi Alonso, y tres más tarde dispuso de un penalti, pero el disparo de Thomas Müller fue rechazado por el meta esloveno del Atlético, Jan Oblak.
En la segunda parte el equipo de Diego Simeone adelantó las líneas y fruto de ello llegó en el minuto 54 el tanto del empate, obra de Antoine Griezmann.En el minuto 74 el polaco Robert Lewandoswki anotó de cabeza el 2-1 para el Bayern, y diez después Fernando Torres falló el segundo penalti del día. El marcador ya no varió más y el Atlético de Madrid, pese a la derrota, se clasificó para la final.
En el partido de ida el equipo de Simeone se impuso en el Vicente Calderón por 1-0 con un tanto de Saúl Ñíguez.Este miércoles se resuelve la otra semifinal, que enfrentará al Real Madrid y al Manchester City. Ambos equipos empataron a cero en el encuentro de ida.
Segunda final en tres años
Con su pasaporte ya sellado, el Atlético de Madrid disputará el próximo 28 de mayo en Milán la tercera final de la Copa de Europa de su Historia, la segunda en los últimos dos años y ambas con el argentino Diego Simeone en el banquillo. El partido tendrá aroma a revancha, porque tanto en 1974 como en 2014 sólo un minuto de apartó al Atlético de ser el campeón del torneo.
El 24 de mayo de 2014, en la final contra el Real Madrid, el Atlético acarició la gloria hasta el minuto 93, cuando un gol de Sergio Ramos niveló el partido y obligó la prórroga. La prolongación fue en realidad una agonía para el equipo rojiblanco, doblegado por 4-1 con goles Gareth Bale, Marcelo y Cristiano Ronaldo.
La afición pasó de la alegría a las lágrimas en cuestión de segundos.De aquella plantilla siguen en el equipo del Calderón todo el cuerpo técnico, encabezado por Simeone, y ocho futbolistas que repetirán final con la camiseta rojiblanca: Filipe Luis, Juanfran Torres, Diego Godín, Gabi Fernández, José María Giménez, Koke Resurrección, Tiago Mendes y Óliver Torres.
Aquel golpe hizo revivir a la afición atlética la decepción de 40 años atrás. Corría el 15 de mayo de 1974 cuando el Atlético liderado por Luis Aragonés tenía en su mano el trofeo. Aragonés había marcado el gol de la victoria en el minuto 114, a seis de terminar la prórroga. Sin embargo, cuando solo quedaban 60 segundos, un disparo potente y lejano de Hans-Georg Schwarzenbeck, junto al poste derecho de la portería de Miguel Reina, estableció el 1-1 y provocó un partido de desempate que se disputó dos días más tarde en el mismo escenario y que se llevó finalmente el Bayern, por 4-0.
Reivindicación
La clasificación de anoche supone además una reivindicación del Atlético, de Simeone y de su estilo, capaz no sólo de conquistar en cuatro años una Liga, una Copa del Rey y una Supercopa en España y una Liga Europa y una Supercopa a nivel internacional o de acumular ya dos finales de la Champions, sino, sobre todo, de competir de tú a tú, y ganar incluso, a los más `grandes`, a los dominadores del fútbol europeo los últimos cursos.
Al Barcelona, al que ha eliminado en cuartos de final en dos de las últimas tres ediciones de la Liga de Campeones o con el que empató en 2014 para ganar la Liga en el Camp Nou; al Real Madrid, con el que sólo ha perdido uno de sus diez choques más recientes, con cinco triunfos y cuatro empates; al Bayern Múnich, al que eliminó este martes en las semifinales del máximo torneo europeo.
También al Chelsea, hace dos años en la misma ronda que ahora al conjunto alemán, o al Juventus, subcampeón la pasada campaña y derrotado por el Atlético en la fase de grupos; números y méritos incuestionables, como la eficacia de su estilo y otra final de Champions, un argumento incontestable de uno de los mejores equipos de Europa.
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