El portal científico Science Alert catalogó el miércoles este hallazgo como el testimonio más antiguo de la existencia de este virus. La última evidencia, que fue anunciada a principios de este año, tenía solo cuatro siglos y medio de antigüedad y fue detectada en los restos de un niño que vivió en la Italia medieval.
El genetista Eske Willerslev, de la Universidad de Copenhague, en Dinamarca, y sus colaboradores de la Universidad de Cambridge descubrieron la nueva prueba en los genomas de 304 individuos que vivieron hace entre 7000 y 200 años y encontraron pruebas de infección de hepatitis B en 25 de esos individuos.
El estudio ha permitido también revelar que una posible ruta de migración para la devastadora plaga de Justiniano, que asoló el Imperio bizantino en el siglo VI, se originó en Mongolia.
HispanTV.es
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