David Goodall, un australiano de 104 años, terminó con su vida por medio de un suicidio asistido en Suiza. El científico ejerció lo que calificó como su derecho tras la imposibilidad de hacerlo en su país natal.
El Dr. Goodall no sufría de ninguna enfermedad terminal, pero lo único que deseaba era morir. "Mi vida reciente no ha sido agradable [...] mi propia decisión es terminar con mi vida, y estoy deseando que llegue eso", expresó el anciano al llegar a su destino final en Basilea, Suiza, que fue mantenido en secreto.
"A mi edad, o antes, uno quiere ser libre de elegir la muerte en el momento apropiado", pronunció, según cita ABC. Luego de que los médicos certificaran su sano juicio, requerido por la ley suiza para aprobar el suicidio, Goodall deleitó a los periodistas con una interpretación a capela de la Oda a la Alegría.
El motivo de tan largo viaje es que en Australia está prohibida la eutanasia: si bien el estado de Victoria legalizó esa práctica el año pasado, la medida sólo entrará en vigor en el verano de 2019 y únicamente será aplicable a enfermos en fase terminal. RT
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