El secretario general de Derechos Humanos, Convivencia y Cooperación del Gobierno Vasco, Jonan Fernández, ha afirmado este lunes que ETA habla "desde otro planeta" y "desde otra realidad", y ha criticado que haya vuelto a diferenciar entre víctimas "que tienen responsabilidad y las que no la tienen".
En una entrevista a ETB 1, recogida por Europa Press, Fernández ha indicado que la certificación del fin de ETA en el acto del pasado viernes en la localidad vascofrancesa de Kanbo ha tenido su consecuencia, ya que, en su opinión, el hecho de que "ETA continuara viva, tenía una especie de influencia simbólica, política y ética".
Por ello, ha destacado que "ETA se ha terminado, se ha quedado atrás, y lo que nos queda ahora es canalizar bien el presente y el futuro, tomando en consideración lo ocurrido en el pasado".
En todo caso, Fernández ha considerado que la decisión de desaparecer de ETA ha tenido "un impacto muy pequeño en la sociedad", pero "grande" en los medios de comunicación, ámbito político e instituciones". "Para los que estamos en estos temas ha tenido una gran importancia, pero creo que el impacto en la sociedad ha sido pequeño en general. La gente ya sabía que ETA estaba acabada y le ha dado importancia a esto, pero no demasiada", ha señalado.
Asimismo, el secretario general de Derechos Humanos, Convivencia y Cooperación del Gobierno Vasco ha manifestado que parece que las declaraciones de ETA en una entrevista publicada este lunes en un diario vasco están realizadas "desde otro planeta" y "desde otra realidad", y ha asegurado que "la mayoría de la sociedad ni entiende y ni comparte esos argumentos".
"PRINCIPAL LEGADO"
Así, Fernández ha recordado que "el principal legado de la trayectoria de ETA" son las víctimas y el daño causado, y ha criticado que, "en seis o siete páginas" de entrevista, "se dice poca cosa sobre eso". "No se entiende. Además, vuelve a dividir a las víctimas entre las que tienen responsabilidad y las que no la tienen, y eso es inaceptable", ha añadido.
En este sentido, ha afirmado que, en su final, por un lado, ETA debería haber tenido "la misma consideración ante todas las víctimas" y, por otro, haber realizado "una lectura crítica sobre las vulneraciones de derechos humanos que llevó a cabo".
"La moraleja que queda aquí es que fue un error ético, político, democrático y estratégico, y es lo ve todo el mundo. Tras dejar 853 víctimas, ¿no se dan cuenta dónde está en estos momentos la sociedad vasca y su sensibilidad?. No responde ante eso, y por eso digo que parece que está en otra realidad", ha reiterado.
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