"El 5 de mayo será un gran éxito", afirmó el viernes en una conferencia de prensa Jean-Luc Mélenchon, líder de Francia Insumisa (LFI) y excandidato presidencial de la izquierda radical en las elecciones del año pasado ganadas por Macron.
En la víspera, en su blog, el político de oposición prometió que habrá "un momento tranquilo de fraternidad", cuyo objetivo es "enviar un mensaje claro a Macron y a los círculos económicos que lo rodean, de la determinación y de la voluntad de no ceder ni un palmo".
Desde hace dos días, el tono subió entre el ejecutivo y LFI, que se acusan mutuamente de "poner en tela de juicio la democracia".
"Quieren atizar un discurso de agitación", "nunca aceptaron la derrota" y "sólo les gusta la democracia cuando ganan", son las críticas que soslayó Macron, en alusión implícita a esta Francia Insumisa.
Gérald Darmanin, ministro de Cuentas Públicas, acusó a Mélenchon de retomar "métodos de la extrema derecha" con una manifestación, que según el funcionario, "incita a la violencia".
"Nosotros estamos absolutamente por la no violencia, es una línea estratégica", replicó por su parte Mélenchon, diputado por Marsella, que el mes pasado lanzó un movimiento común con otros partidos europeos como Podemos en España y Bloco de Esquerda en Portugal.
El político opositor denunció un "desencadenamiento" del partido de Macron, La República en Marcha (LRM), contra el suyo.
"Estoy seguro que la policía va a hacer lo que haga falta", "estamos trabajando bien" con ellos, "les tenemos confianza", dijo en relación al fuerte despliegue policial después de que en la manifestación del 1 de mayo grupos de encapuchados aguaron las celebraciones con desmanes.
El prefecto de la policía Michel Delpuech anunció un despliegue de 2.000 policías en París, en conformidad con la promesa hecha por el ministro del Interior, Gérard Collomb, muy criticado después de los desórdenes del 1 de mayo, protagonizados por "black blocs", grupos de extrema izquierda conocidos por su violencia radical.
Entonces, el ministro prometió que "habrá más fuerzas de seguridad" en las próximas manifestaciones con el objetivo de "separar totalmente a los manifestantes de los que quieren romperlo todo".
El partido de extrema derecha Frente Nacional, cuya candidata Marine Le Pen se enfrentó hace un año a Macron en la segunda vuelta, advirtió el viernes que "los franceses no iban a aceptar nuevamente que la autoridad del Estado fuera burlada" en la manifestación.
Pero Francia Insumisa no es la organizadora de esta manifestación organizada como si fuera una "cazuela", donde cada uno aporta lo que tiene. Los ingredientes son reivindicaciones, lemas, esperanzas.
Pero la idea si fue de uno de sus diputados, François Ruffin.
"La fiesta de Macron no será ni una convivencia ni la marcha de un partido", dijeron los organizadores el viernes, muchos de ellos participantes de Noche de Pie, el movimiento de indignados franceses que en la primavera boreal de 2016 nació como parte de las protestas contra la reforma laboral.
Pero LFI si quiso aportar a la fiesta fletando una centena de autobuses. En tanto, un tren de militantes (200 personas) partirá de Toulouse, en el sur de Francia.
Unos 500.000 auto-adhesivos han sido distribuidos, además de decenas de miles de afiches y más de un millón de octavillas.
La cita en París será frente al espectacular palacio de la Ópera, con una convocatoria a un pic nic a partir del mediodía y está previsto que la manifestación termine hacia las 20H00 (18H00 GMT) con un concierto en la Plaza de la Bastilla, un lugar que tradicionalmente acoge a las manifestaciones de la izquierda.
También hay previstas movilizaciones en Toulouse, Burdeos, Estrasburgo y Rennes. En Niza, la marcha comenzó el viernes, con una protesta que replicó las tradiciones del carnaval local, en la que los organizadores agitaron en una tela una efigie de Macron.
En París, el cortejo tiene cuatro carros previstos. El móvil Júpiter (en referencia al apelativo de presidente jupiteriano, que acompaña a Macron), el auto Drácula o el carro Napoleón, cada uno de ellos con una persona disfrazada como el presidente francés para que los manifestantes puedan exponerle sus reivindicaciones.
A bordo del bus "Stop Macron", Mélenchon tiene previsto tomar la palabra hacia las 15H30 hora local.
En la cabeza de la marcha, habrá un crisol de organizaciones. Estudiantes, trabajadores de ferrocarriles, personal sanitario, pero ningún político.
Estos, entre ellos los excandidatos de la izquierda, Benoît Hamon, que representó al Partido Socialista en la elección y el informal Philippe Poutou, que concurrió por el Nuevo Partido Anticapitalista, deberán marchar dentro del cortejo y no delante.
Según los organizadores, esta iniciativa es "una primera etapa". Desde antes que empiece la movilización, varias asociaciones, sindicatos y partidos han proyectado una nueva jornada de protesta el 26 de mayo.
"Un nuevo ciclo de movilizaciones está en marcha", se congratuló Mélenchon.
AFP.com
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