Luzón es la isla más grande de Filipinas, con una superficie de 109.965 kilómetros cuadrados y una población de cerca de 50 millones de habitantes. Según los autores, la ínsula nunca ha estado conectada con tierras continentales, de ahí que los animales hayan vivido aislados.
Según los científicos, los animales que viven en esos ecosistemas `cerrados` presentan una evolución `acelerada`, gracias a la poca presencia de depredadores o competidores. De esta manera, se generan rápidas mutaciones que, con el tiempo, pueden dar lugar a nuevas especies. Además, el paisaje de Luzón es de gran ayuda.
"Los animales están aislados en las cimas de las montañas dispersas —por el país—, así que, inevitablemente, comienzan a diferenciarse. Con el tiempo suficiente, comienza a observarse una gran biodiversidad", explica Lawrence Heaney, líder del proyecto.
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