Quizá sin futuro FIBA, pero con futuro joven

  03 Mayo 2016    Leído: 759
Quizá sin futuro FIBA, pero con futuro joven
Hay algo profundamente obsceno en la sanción de la FIBA a una serie de federaciones europeas, entre ellas la española, condenándolas al limbo hasta no se sabe cuándo, y por lo pronto a no participar en los Juegos Olímpicos de este año y en el Eurobasket 2017, y todo ello porque algunos de sus clubes han firmado contratos con Euroleague Basketball.

Para disimular su obsesión por quedarse con la pasta que generan los clubes profesionales -la misma obsesión que la de las demás federaciones internacionales de otros deportes, como la UEFA o la FIFA-, la FIBA denuncia las prácticas antideportivas de una competición, la Euroliga, semi-cerrada, y reclama el acceso a los torneos, como el que ella misma se saca de la manga de cuando en cuando, por estrictos méritos competitivos.Si se puede calificar de obscena la postura de FIBA Europa, ratificada por el mando mundial de la Federación, es porque nadie ha suspendido, ni por asomo, a Estados Unidos desde que Juan Antonio Samaranch abrió el olimpismo a los profesionales y la NBA se integró en ABAUSA, que es la federación estadounidense. Huelga decir que la NBA es una liga totalmente cerrada, que los méritos deportivos no intervienen para nada en el acceso a ella: se compra por las buenas. O por las malas, que los 3.000 millones de dólares en que están valorados los Knicks suenan a atraco a mano armada.Si Estados Unidos participa en Río de Janeiro y España no, será una nueva vergüenza para la federación del gran desahogo, de la cacicada. La federación cuyo fundador, R. William Jones, saltó a la cancha de una final olímpica y cambió su resultado porque le dio la gana. Pero dicen que mañana o pasado se reúnen a negociar FIBA y Euroliga, así que... esperemos.Mientras tanto, en la Liga ACB, donde para sorpresa de la FIBA cuentan los factores deportivos, los clubes afinan sus posiciones ante los playoffs.

Y, de esta última jornada, nos quedamos con algunas buenas impresiones que nos han dejado esos chicos jóvenes autóctonos que no siempre gozan de muy amplias oportunidades en unos clubes que suelen fiarse del último Kenny Hayes llegado. Nos hemos preguntado, y nos seguimos preguntando, si la cohorte de nacionales nacidos después de 1990, la que deberá defender los colores más allá de 2017, podrá equipararse a esa deslumbrante generación de 1980-81. Pues bien, ayer vimos unas cuantas cosillas alentadorasConvertidos en rivales por un día, Santi Yusta y Luka Doncic -este último, ¡ay!, ya decidido a jugar con Eslovenia-, los campeones europeos junior 2015, dieron un recital en Madrid. En Bilbao, cuando el partido se había convertido en un barrizal sin apenas puntos, Álex Abrines rompió el hielo y la red y decantó el partido en favor del Barcelona. Y Guillem Vives y Juancho Hernangómez brillaron... en sendas derrotas, eso sí.

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