"No hemos sido nosotros", dijo a AFP el portavoz del ente, coronel Patrik Steiger.
También el Pentágono se desmarcó del ataque varias horas antes, mientras que el ejército israelí, como acostumbra hacer en estos casos, declinó comentarios.
Según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH), que monitorea el conflicto desde el Reino Unido, el ataque a la base de Tiyas (T-4) causó la muerte de al menos 14 combatientes, entre ellos militares iraníes.
También el diario digital Al Masdar News, citando una fuente del ejército sirio, mencionó numerosas bajas entre muertos y heridos, sin dar la cifra exacta.
En un principio, los medios sirios informaron de un ataque con misiles de crucero lanzados desde el Mediterráneo, pero más tarde el ejército aclaró que 20 misiles fueron disparados hacia la base T-4 desde la frontera libanesa y al menos ocho fueron interceptados por la defensa antiaérea.
El centro de inteligencia estadounidense Stratfor opina que detrás del ataque está Israel. La condena generalizada del supuesto uso de armas químicas en Duma, y el apoyo de una Casa Blanca que es partidaria de aplicar la línea dura con respecto a Irán le ofrecen al Estado hebreo un margen para lanzar ataques contra Hizbulá y otros objetivos estratégicos en Siria, según expertos de Stratfor.
La base aérea T-4 es la misma que fue atacada después de que un dron iraní incursionara en el espacio aéreo de Israel, en febrero pasado. Según los israelíes, la base era operada por la Fuerza Quds, un destacamento de élite del Cuerpo de la Guardia Revolucionaria iraní, y servía para la transferencia de armas a grupos armados como Hizbulá.
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