Un nuevo análisis de estas estructuras gigantescas —cada una de las cuales es varias veces superior al tamaño de la Tierra— indica que podrían haber sido mal llamadas 'tornados' debido a que hasta ahora los científicos solo habían podido observarlas en imágenes de dos dimensiones.
Los tornados solares se vieron por primera vez a principios del siglo XX, y el término fue popularizado hace unos años cuando los científicos empezaron a analizar las grabaciones obtenidas por el Observatorio de Dinámica Solar de la NASA (SDO).
Las imágenes muestran el plasma caliente en la luz ultravioleta extrema aparentemente girando sobre su eje para formar una estructura gigante que toma la forma de un tornado —tal y como este fenómeno se ve en la Tierra—.
Ahora, tras usar el efecto Doppler para agregar una tercera dimensión a sus datos, los científicos han podido medir la velocidad del plasma en movimiento, así como su dirección, temperatura y densidad. Gracias a los datos obtenidos durante varios años de observaciones, pudieron construir una imagen más completa de la estructura del campo magnético que soporta el plasma.
"Descubrimos que a pesar de cómo se ven las prominencias y tornados en las imágenes, el campo magnético no es vertical y el plasma se mueve principalmente en sentido horizontal a lo largo de las líneas del campo magnético", explica Nicolas Labrosse, el autor principal del estudio.
Los científicos creen que estos vórtices son consecuencia de eyecciones de la masa coronal, es decir, emisiones explosivas de plasma solar que exceden en poder destructivo a la capacidad de todos los arsenales nucleares del mundo sumados.
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