El jefe de la diplomacia de Estados Unidos, John Kerry, ha viajado este domingo a Ginebra en un intento de salvar el alto el fuego acordado en Siria desde hace dos meses, que la reciente escalada de ataques en Alepo amenaza con hacer saltar por los aires. El secretario de Estado norteamericano tiene previsto reunirse en la sede europea de la ONU con el mediador internacional para Siria, Staffan de Mistura, y con los ministros de Exteriores saudí y jordano. Fuentes militares rusas citadas por Interfax aseguran que ya hay negociaciones en marcha para extender el cese temporal de actividades militares acordado el pasado viernes en otros dos frentes a la provincia de Alepo.
Después de la treintena de bombardeos que el sábado castigaron la parte rebelde de la ciudad de Alepo, donde causaron una decena de muertos, una aparente calma reinaba en la principal urbe del norte del país árabe este domingo en la mañana del domingo, según el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos. El Ejército ruso y el régimen de Damasco anunciaron que se había prorrogado durante otras 24 horas el llamado “régimen de silencio” o suspensión de toda actividad militar que se aplicó durante la jornada del sábado en Guta Oriental, un bastión rebelde en las afueras de Damasco. La misma medida apaciguadora seguirá en vigor en la zona norte de Latakia, en la costa mediterránea, hasta la medianoche del lunes.
Los barrios rebeldes que han sufrido los bombardeos más intensos están siendo abandonados por sus habitantes, que se trasladan hacia zonas más seguras de la ciudad. Más de 250 personas han muerto en Alepo desde el pasado 22 de abril. Los analistas del Observatorio consideran que el régimen de Bachar el Asad pretende forzar un éxodo de la población civil con estos ataques para apoderarse de los distritos de Alepo controlados por la oposición desde 2012.
Kerry telefoneó el sábado a Riad Hijab, coordinador del Alto Comité para las Negociaciones (HNC, en sus siglas en inglés) que agrupa a la oposición siria, para transmitirle que sus prioridades eran “el fin de la violencia en Alepo y la consolidación del alto el fuego”. El HNC abandonó hace diez días las conversaciones de paz de Ginebra al desatarse la actual ola de bombardeos de la aviación siria sobre la principal ciudad del norte de Siria.
El secretario de Estado también ha urgido a Rusia a que presione al régimen de El Asad para que detenga “los ataques indiscriminados contra Alepo", así como que permita “el suministro de ayuda humanitaria a todas las zonas del país y acepte dar pasos en favor de una transición política”, según dijo el portavoz del Departamento de Estado, John Kirby. El Kremlin y el Gobierno de Damasco aseguran que sus operaciones militares solo van dirigidas contra el frente Al Nusra (filial de Al Qaeda), que al igual que el Estado Islámico está excluido del cese de hostilidades pactado desde 27 de febrero por Rusia, aliado del régimen de El Asad junto con Irán, y Estados Unidos, que apoya a la oposición junto con Arabia Saudí y Turquía.
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