Un equipo internacional de investigadores ha analizado con éxito el ADN de individuos que residían en el actual Marruecos hace 15.000 años y ha establecido que compartían material genético con poblaciones del Mediterráneo oriental y el África subsahariana, informa Independent.
Ese estudio dirigido por Johannes Krause y Choongwon Jeong, del Instituto Max Planck para la Ciencia de la Historia Humana de Jena (Alemania), sugiere que los homínidos de esas regiones que vivieron durante la Edad de Piedra interactuaron mucho antes de lo que se pensaba.
Jeong ha señalado que tanto el norte de África como Oriente Próximo formarían parte de "una región sin una gran barrera genética", con lo cual es posible que se tengan que revisar las teorías sobre la migración de nuestros ancestros.
El equipo analizó muestras de ADN de nueve individuos de la cultura Iberomaurus en Taforalt, una cueva en el norte de Marruecos y el cementerio más antiguo conocido en el mundo.
El trabajo, publicado en Science, se centró en estudio de muestras genéticas de los restos de nueve integrantes de la cultura Iberomaurus tomadas en la Cueva de las Palomas (Taforalt, Marruecos), el cementerio más antiguo conocido en el mundo.
Ese pueblo existió en el periodo comprendido hace unos 20.000 y 10.000 años y se considera que contó con los primeros humanos del norte de África que produjeron herramientas de piedra más finas, conocidas como microlitos.
En particular, alrededor de dos tercios del genoma de esos individuos de Taforalt coinciden en gran medida con el ADN de los natufianos, una cultura que existió en el Mediterráneo oriental hasta hace unos 11.500 años.
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