“Estamos siendo testigos de cómo las guerras y los conflictos en la región se están convirtiendo de manera peligrosamente vertiginosa en un asunto baladí”, sostuvo el sábado Maurer tras finalizar su visita a Siria.
Se constata que los conflictos bélicos van en aumento, ya que emergen de sentimientos de venganza como actos de represalia y castigo hacia la contraparte enemiga, subrayó el alto representante del CICR, mientras denunció que no existe ninguna razón que justifique los daños colaterales que producen las guerras en la población civil de la zona.
Como un ejemplo reciente, hizo alusión a la población de Guta Oriental, zona cercana a Damasco, que en carne propia sufre las consecuencias directas de la gran ofensiva contra el terrorismo lanzada por las fuerzas gubernamentales sirias con el objetivo de acabar con la presencia de los extremistas y liberar a los civiles del yugo terrorista.
Afrin (Siria), Mosul (Irak) y Saná (Yemen) son otras urbes donde la gente inocente se ve golpeada por la barbarie de la guerra sinsentido, aseguró el director de la oenegé añadiendo que, en la mayoría de los casos, parece que la destrucción es el principal objetivo, puesto que incluso los estándares humanos más básicos son ignorados en estas localidades.
Tras mencionar que la crisis siria ha entrado en su octavo año, Maurer cuestionó: ¿Cuánto tiempo los poderes que están detrás de esta guerra permitirán que esta pesadilla continúe?, para luego advertirles que deben saber que la sed de la venganza no tiene fin y que todos serán unos perdedores.
Al concluir, detalló que las diferentes estrategias no solo en Siria, sino en el resto de la región, se planifican de acuerdo con un tablero geopolítico que como blanco apunta directamente a la destrucción de la vida humana.
HispanTV.es
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