Para crear estos vinos especiales, los científicos de la planta molecular de Valbuena de Duero (Valladolid) llevaron a cabo un proceso de deconstrucción del vino, durante el cual se eliminó el alcohol y se minimizó el riesgo de pérdida de sabor y aroma. La producción comienza en el viñedo, cuando se obtiene una uva con un grado de alcohol lo más bajo posible. Luego, los viticultores obtienen un vino de baja graduación. Posteriormente, se somete a un proceso de deconstrucción molecular a través de un sistema llamado Columna de Conos Rotatorios.
Hasta ahora, los productores calentaban y evaporaban el vino para quitarle el alcohol, pero, con este proceso, tuvieron que recurrir al uso de aromas artificiales.

El novedoso producto está especialmente dirigido a un público joven, a personas con problemas de salud, deportistas y mujeres embarazadas. Contiene polifenoles, antocianinas y antioxidantes.

Los vinos sin alcohol todavía no están comercializados al 100% debido a que lleva su tiempo dar a conocer el producto y hacerse con un nicho de mercado. Los productores esperan, sin embargo, que lleguen a ser un sustitutivo tan aceptado por la sociedad como la cerveza sin alcohol. Por el momento, es complicado encontrarlos en bares y restaurantes, pero los WIN ya se pueden adquirir `online` por un precio de entre 5 y 7 euros.

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