A un lado, Matuidi no podía reprimir las lágrimas, Koscielny miraba al suelo sin encontrar respuesta y Pogba y Griezmann se abrazaban para consolarse. Al otro, la fiesta, la explosión de algarabía, la felicidad de unos jugadores portugueses que celebraban con cierto estilo salvaje el triunfo de la Eurocopa porque Bruno Alves le mordía a Quaresma, Pepe le soltaba unas collejas a un ayudante de Fernando Santos y entre todos se empujaban y daban coscorrones. Todo valía con el éxito, sobre todo porque empezaron el torneo con tres empates y un juego ramplón. “Hemos intentado representar a nuestro país de la mejor forma posible. Independientemente de las críticas, teníamos un objetivo claro”, resolvió Pepe, escogido mejor jugador del encuentro y que en la sala de prensa no paraba de hacer bromas con Renato, señalado como el mejor joven del torneo; “el primer objetivo era conseguir la clasificación y el segundo ser campeones. Y lo conseguimos”. No así Francia. “Es una gran decepción para nosotros y millones de franceses, aunque tenemos que aceptarla como un partido de fútbol de nivel top. Hemos disfrutado de oportunidades, como el poste de Gignac, sí… La verdad es que perder la final así es muy duro, muy cruel”, replicó Deschamps con la voz queda.
Fernando Santos: “Éder ha sido la mejor apuesta” Portugal consuela a Cristiano
El encuentro, sin embargo, se torció de lo lindo con la lesión de Cristiano Ronaldo. “Estoy muy feliz. He estado buscando este éxito desde haces muchos años. Hoy he tenido mala suerte con la lesión, pero estos jugadores han sido muy fuertes para conseguir la victoria. Es uno de los mejores momentos de mi carrera, un momento único e inolvidable” convino el 7 de Portugal. “Es un jugador crucial, el líder y podría haber marcado en cualquier momento”, explicó Santos. “Pero nos ha dado toda su fuerza para que ganásemos”, recordó Éder. “Sí, perdimos a nuestro mejor jugador, en el que teníamos depositadas nuestras esperanzas porque siempre puede marcar un gol. Pero cuando veíamos que no podía, queríamos luchar por él”, reflexionó Pepe, que restó importancia al papel de segundo entrenador que su compañero realizó en la prórroga. Sí que destacó, sin embargo, a su técnico. “El mister ha movido muy bien el equipo en este partido, con los cambios correctos en el momento correcto. Es una persona que tiene un olfato diferente. Huele el fútbol”. Recogió el testigo el técnico: “Hemos defendido muy bien y jugado al contragolpe, y tenido suerte con el gol de Éder porque el tiempo se acababa. Pero cuando pierdes al mejor jugador del mundo tienes que reaccionar. Y necesitábamos alguien arriba que fuera una referencia y nos diera centímetros. Creo que Éder ha sido la mejor apuesta.” Aunque antes de la rueda de prensa, sin embargo, anunció su retirada a través de una carta que escribió hace unos días en su habitación de Marcoussis: “He estado muy orgulloso de ser el entrenador de estos jugadores. Pero ahora quiero ir a mi casa y besar y estar con mi madre, hija, mujer… mi familia”.

La final, dicen los lusos, se jugó como querían. “Sabíamos que ellos tenían que arriesgar por jugar en casa. Es una victoria de superación”, señaló Pepe. “Ellos iban a tener la posesión, pero sabíamos que les podríamos sorprender en algún momento, como así ha sido”, abundó Éder. “Para mí su fuerza ha estado en que han defendido como una unidad”, les reconoció Deschamps, caballeroso en la derrota; “creo que es la primera vez que un equipo acaba tercero y se convierte campeón. Les felicito”. Aunque encontró una pequeña excusa a la falta de juego de su equipo en la final. “Nos ha faltado un poco de frescura, quizá porque jugamos un partido muy duro ante Alemania”, dijo. Aunque luego añadió: “Bueno, el problema claro es que no hemos marcado un gol. Pero no tengo nada que reprochar a mis jugadores. Lo han intentado y dado todo”. Entre ellos Antoine Griezmann, pichichidel torneo con seis goles, que posó con total desgana al recibir el premio y se marchó de la sala de prensa en silencio y a paso lento. “Dos finales perdidas en un mes es frustrante”, acertó a decir. “Sí, también cayó en la final de la Champions y no es fácil de asimilar. Pero es joven y estoy seguro de que puede estar muchos años en el nivel más alto del fútbol”. Aunque anoche, quién se coló en ese trono fue Éder, que resolvió el duelo con su zapatazo desde fuera del área. “Es un gol muy especial por ser el del triunfo, claro”, resolvió. Y Portugal lo celebra.

A un lado, Matuidi no podía reprimir las lágrimas, Koscielny miraba al suelo sin encontrar respuesta y Pogba y Griezmann se abrazaban para consolarse. Al otro, la fiesta, la explosión de algarabía, la felicidad de unos jugadores portugueses que celebraban con cierto estilo salvaje el triunfo de la Eurocopa porque Bruno Alves le mordía a Quaresma, Pepe le soltaba unas collejas a un ayudante de Fernando Santos y entre todos se empujaban y daban coscorrones. Todo valía con el éxito, sobre todo porque empezaron el torneo con tres empates y un juego ramplón. “Hemos intentado representar a nuestro país de la mejor forma posible. Independientemente de las críticas, teníamos un objetivo claro”, resolvió Pepe, escogido mejor jugador del encuentro y que en la sala de prensa no paraba de hacer bromas con Renato, señalado como el mejor joven del torneo; “el primer objetivo era conseguir la clasificación y el segundo ser campeones. Y lo conseguimos”. No así Francia. “Es una gran decepción para nosotros y millones de franceses, aunque tenemos que aceptarla como un partido de fútbol de nivel top. Hemos disfrutado de oportunidades, como el poste de Gignac, sí… La verdad es que perder la final así es muy duro, muy cruel”, replicó Deschamps con la voz queda.

El encuentro, sin embargo, se torció de lo lindo con la lesión de Cristiano Ronaldo. “Estoy muy feliz. He estado buscando este éxito desde haces muchos años. Hoy he tenido mala suerte con la lesión, pero estos jugadores han sido muy fuertes para conseguir la victoria. Es uno de los mejores momentos de mi carrera, un momento único e inolvidable” convino el 7 de Portugal. “Es un jugador crucial, el líder y podría haber marcado en cualquier momento”, explicó Santos. “Pero nos ha dado toda su fuerza para que ganásemos”, recordó Éder. “Sí, perdimos a nuestro mejor jugador, en el que teníamos depositadas nuestras esperanzas porque siempre puede marcar un gol. Pero cuando veíamos que no podía, queríamos luchar por él”, reflexionó Pepe, que restó importancia al papel de segundo entrenador que su compañero realizó en la prórroga. Sí que destacó, sin embargo, a su técnico. “El mister ha movido muy bien el equipo en este partido, con los cambios correctos en el momento correcto. Es una persona que tiene un olfato diferente. Huele el fútbol”. Recogió el testigo el técnico: “Hemos defendido muy bien y jugado al contragolpe, y tenido suerte con el gol de Éder porque el tiempo se acababa. Pero cuando pierdes al mejor jugador del mundo tienes que reaccionar. Y necesitábamos alguien arriba que fuera una referencia y nos diera centímetros. Creo que Éder ha sido la mejor apuesta.” Aunque antes de la rueda de prensa, sin embargo, anunció su retirada a través de una carta que escribió hace unos días en su habitación de Marcoussis: “He estado muy orgulloso de ser el entrenador de estos jugadores. Pero ahora quiero ir a mi casa y besar y estar con mi madre, hija, mujer… mi familia”.

La final, dicen los lusos, se jugó como querían. “Sabíamos que ellos tenían que arriesgar por jugar en casa. Es una victoria de superación”, señaló Pepe. “Ellos iban a tener la posesión, pero sabíamos que les podríamos sorprender en algún momento, como así ha sido”, abundó Éder. “Para mí su fuerza ha estado en que han defendido como una unidad”, les reconoció Deschamps, caballeroso en la derrota; “creo que es la primera vez que un equipo acaba tercero y se convierte campeón. Les felicito”. Aunque encontró una pequeña excusa a la falta de juego de su equipo en la final. “Nos ha faltado un poco de frescura, quizá porque jugamos un partido muy duro ante Alemania”, dijo. Aunque luego añadió: “Bueno, el problema claro es que no hemos marcado un gol. Pero no tengo nada que reprochar a mis jugadores. Lo han intentado y dado todo”. Entre ellos Antoine Griezmann, pichichi del torneo con seis goles, que posó con total desgana al recibir el premio y se marchó de la sala de prensa en silencio y a paso lento. “Dos finales perdidas en un mes es frustrante”, acertó a decir. “Sí, también cayó en la final de la Champions y no es fácil de asimilar. Pero es joven y estoy seguro de que puede estar muchos años en el nivel más alto del fútbol”. Aunque anoche, quién se coló en ese trono fue Éder, que resolvió el duelo con su zapatazo desde fuera del área. “Es un gol muy especial por ser el del triunfo, claro”, resolvió. Y Portugal lo celebra.

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