Las protestas obligan a Trump a entrar a escondidas en un mitin
Así, con un candidato que desata protestas que rozan la violencia allí donde va, arranca la campaña más grande de las primarias desde Iowa. Lo que nadie esperaba, la peor pesadilla de un estratega político, está aquí: la campaña por la nominación republicana se puede decidir en California. El estado más poblado del país (38 millones de habitantes) vota el próximo 7 de junio. También es el estado que más delegados elige, 172, una cifra suficiente como para decidir si Trump logra la nominación automática o no.
El discurso de Trump ante los californianos no aportó una sola propuesta. Cuando alguien gritó “¡construye el muro!” dijo que iba a ser un muro solo de unos 1.600 kilómetros porque no hace falta en toda la frontera, ya que en algunos lugares hay barreras naturales. Fue todo lo que se pudo intuir de la política de su hipotética presidencia. En su discurso, Trump se mofó de la manera de comer del candidato John Kasich, dijo que le no le importaba nada si le apoyaba o no el establishment republicano y afirmó que el sistema de primarias está “trampeado” por la forma en que se eligen los delegados. También aseguró que ya ha pasado la barrera de los 1.001 delegados. Necesita 1.237 para asegurarse la nominación.
Fuera, miles de personas con carteles contra el racismo y comparando a Trump con los nazis se atrincheraban frente a la policía. Se veían grandes banderas de México. En general, se trataba de gente joven, algunos de ellos enmascarados y con simbología antifascista. “Trump es lo más fascista del partido republicano”, decía un joven con un pañuelo negro sobre la cara que no quería dar su nombre. Aseguraba que la protesta se había formado de manera espontánea y, en su opinión, esto “va a ser así o peor” en cada aparición de Trump en California en el próximo mes. En un momento dado, los manifestantes quemaron una bandera de Estados Unidos y destrozaron una piñata que representaba a Trump.
Estos incidentes, que se prolongaron hasta varias horas después del discurso de Trump, llegan después de que el jueves miles de manifestantes rodearan el recinto en Costa Mesa, al sur de Los Ángeles, donde Trump dio su primer mitin en el estado. La manifestación se volvió violenta y una veintena de personas fueron detenidas.
Las primarias de California se ponen las últimas de calendario para que no importen nada. Se trata de que la elección llegue decidida al final y no haya que hacer una costosa campaña en un estado del tamaño de un país mediano, extenso y diverso. La división en el campo republicano ha cambiado esa dinámica y los republicanos de California se encuentran con la responsabilidad de ser decisivos en la carrera por primera vez desde las primarias de Rockefeller contra Goldwater en 1964.
El presidente de los republicanos de California, Jim Brulte, reconocía a la prensa que la fecha de la convención se movió hacia mayo precisamente al ver que no se decidía la nominación. De esta forma, podrían escuchar a todos los candidatos. Hace dos meses, en el programa figuraba como invitada especial para hablar ante la convención Carly Fiorina, exejecutva de Hewlett-Packard y excandidata presidencial. Hace un par de semanas confirmaron los tres candidatos su presencia aquí. Trump habló el viernes por la mañana, Kasich tenía previsto hacerlo por la noche. El sábado hablarán Cruz y Fiorina, a quien ha elegido como su candidata a vicepresidente en una hipotética nominación republicana, lo que se interpreta como el último intento de tener una buena actuación en California que impida a Trump lograr la nominación matemática por número de delegados.
Las convenciones del Partido Republicano de California suelen ser modestas. El partido lleva dos décadas sufriendo una constante caída de afiliados y cargos. Actualmente, no tiene ni un solo cargo estatal electo.