El Gobierno en funciones se ha zambullido en la carrera electoral. El consejo de ministros interino ha aprobado este viernes el plan de estabilidad 2016-2019, que recoge las proyecciones económicas sobre la economía española para los próximos años, en el que estima que la tasa de paro se mantendrá por encima del 15% hasta 2019 y que la economía española avanzará a un ritmo medio del 2,5% en los próximos años, medio punto más que la media de la UE.
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"La economía española mantendrá un ritmo de crecimiento medio del 2,5% en los próximos cuatro años y se crearán un total de más de 1,8 millones de empleos hasta alcanzar prácticamente los 20 millones de ocupados en 2019 junto con una disminución del paro en similar cuantía", señala el Ejecutivo en un comunicado difundido este viernes. El ministro de Economía, Luis de Guindos, ha insistido en que los pronósticos son prudentes y que incluso para que España cierre con un crecimiento por debajo del 2,7% este año "se tiene que producir una desaceleración que no es probable en la economía española".
Los pronósticos económicos del Gobierno dibujados a dos meses de las próximas elecciones del 26J prevé un futuro optimista donde se crearán unos 470.000 empleos al año. Para ello, el Gobierno augura que la economía crecerá a un ritmo medio del 2,5% en los próximos años. En realidad el pronóstico que el Ejecutivo de Mariano Rajoy esboza en el programa que ahora debe remitir a Bruselas para su aprobación prevé un escenario algo menos brillante que el que calculó hace un año cuando esperaba un crecimiento algo más robusto, contemplaba que la creación de empleo sería más vigorosa y que la reducción del déficit de las administraciones públicas sería más acelerada. Además, aún debe esquivar la posible sanción que estudia imponer la Comisión Europea por los reiterados incumplimientos de los objetivos presupuestarios.
"Las previsiones del Programa de Estabilidad prolongan cuatro años más el crecimiento económico y la salida de la recesión que se inició en 2013 después de cinco años de caída del PIB y de la destrucción de casi 3,5 millones de empleos. Se estima que a finales de 2016 se recuperará el nivel de renta que tenía la economía española al comienzo de la crisis y a partir de ahí se consolidará un ritmo de crecimiento medio anual del 2,5%", añade el comunicado oficial.
El escenario ha cambiado respecto a los pronósticos de hace un año. El déficit público se ha desmadrado hasta el 5%, casi 8.000 millones más del objetivo inicial del 4,2%. Y Bruselas, que lleva meses advirtiendo de que la rebaja de impuestos del año pasado entorpecía la reducción de los números rojos, está dispuesta a cobrar la factura por la reiterada indisciplina.
En esta tesitura, el Ejecutivo ha planificado una nueva senda para reducir el desfase entre los gastos e ingresos del sector público español. Una brecha que el Gobierno espera que se salde mediante la congelación del gasto. El ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, ha diseñado un horizonte en el que el gasto público quedará en el 40,1% del PIB en 2019 frente al 43,3% del año pasado. Su plan consiste en contener los gastos públicos mientras que crece el PIB, de esta forma el cociente entre ambas magnitudes se irá reduciendo sin necesitar de hacer nuevos recortes sobre los ya maltrechos servicios públicos.
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