“Hezbolá es parte del Gobierno en el que forman parte todos los grandes partidos políticos de El Líbano y [la presencia de Hezbolá en el Gobierno] garantiza la estabilidad política en el país”, dijo Hariri mientras descartó cualquier intento para tratar de disminuir la presencia política de este grupo de resistencia libanesa.
Del mismo modo, el premier libanés alabó las labores de Hezbolá en disminuir las tensiones entre El Líbano y Arabia Saudí.
Además, reiteró que Beirut desea relaciones amistosas con todos sus vecinos y países de la región, incluidos Irán y los países del Golfo Pérsico, pero advirtió que no dejará que ningún país intervenga en sus asuntos internos.
Más específicamente, señaló a Arabia Saudí aunque insistió en que “Arabia Saudí nunca ha interferido de manera directa en los asuntos políticos de El Líbano” y expresó su esperanza de que Riad esté interesado en otorgar ayuda financiera a este país árabe.
El 4 de noviembre Hariri, desde Arabia Saudí y por medio de la cadena local de noticias Al Arabiya, anunció de manera sorpresiva su renuncia y denunció las supuestas injerencias de Irán y Hezbolá en los asuntos internos de El Líbano.
No obstante, poco después se conocieron las fuertes presiones saudíes sobre el premier para anunciar su dimisión y atacar a Irán mientras que otras fuentes dieron a conocer que se trataba de una “táctica torpe” de Riad para “deshacerse” del premier libanés porque “desobedecía” las órdenes de los saudíes en contra de Irán y de Hezbolá.
Aun así Arabia Saudí no consiguió su objetivo dado que el premier libanés, al volver el 22 de noviembre a El Líbano, retiró su renuncia, una decisión aplaudida también por Hezbolá.
HispanTV.es
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