Las subidas en gasolina y electricidad se trasladarán a la inflación anual, asegura Carlos Serrano, economista en jefe del BBVA Bancomer. La entidad calcula que, si los aumentos continúan, al final de 2016 la inflación podría situarse en un 3,3%, cuando había sido calculada en un 2,9%. “En el caso de la gasolina vemos más factible que siga aumentado su precio, tanto por el incremento en el tipo de cambio que afecta a la importación como por la situación en el mercado de los combustibles”. Y añade: “Pero aún con los aumentos, la inflación estará dentro del margen fijado".
El BBVA Bancomer calcula que, si los aumentos continúan, al final de 2016 la inflación podría situarse en un 3,3%, cuando había sido calculada en un 2,9%
El Banco de México tiene un objetivo de inflación del 3% y en su último comunicado, tras el aumento de los tipos de interés, advirtió que el indicador puede cerrar el año ligeramente por encima de su previsión a causa del encarecimiento de los energéticos. El aumento en el precio de la electricidad, ha explicado la CFE, se debe al incremento del precio de los combustibles usados para generar energía eléctrica: el combustóleo, que subió un 8,4%, y el gas natural que provee Petróleos Mexicanos (Pemex) se elevó un 18% en el último mes. El aumento en la factura de la electricidad será principalmente para industrias, comercios y hogares con un consumo mayor a 27 dólares en dos meses.
Las patronales de la industria ya han alzado la voz. Tanto la Confederación de Cámaras Industriales (Concamin) y la Cámara Nacional de la Industria de la Transformación (Canacintra) han apuntado que estos aumentos y la depreciación del peso frente al dólar estadounidense “reducen el margen de maniobra para evitar el traslado [de las alzas] a los precios finales”. La Canacintra reconoció que el hecho de que el Gobierno mexicano haya mantenido el precio de la electricidad durante 18 meses servirá para amortiguar la presión en sus costos de producción pero que el efecto será temporal.
En el caso de los combustibles, la Hacienda mexicana anunció en junio que elevaría el coste de los combustibles más usados en el país en julio, debido a la recuperación del barril de crudo —que en las últimas semanas se ha mantenido cercano a los 40 dólares por unidad— así como al aumento en la demanda de gasolinas durante el verano. Aunque la reforma energética fue aprobada en diciembre de 2013, los precios de los combustibles han seguido bajo la tutela del Estado y serán liberados el próximo año. Serrano estima que si el entorno petrolero continúa como hasta ahora, los precios de las gasolinas bajarán en el momento en que el precio quede liberado.
Antes de las subidas, el Banco de México elevó el pasado jueves los tipos de interés de un 3,75% hasta el 4,25% y explicó que lo hacía para evitar la depreciación de la moneda mexicana —que se había profundizado en los últimos días— y para conseguir que la inflación no superará la cifra objetivo.
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