Todos los misterios de la 'cocina secreta' del Kremlin, al descubierto

  09 Enero 2018    Leído: 995
Todos los misterios de la 'cocina secreta' del Kremlin, al descubierto
El Servicio Federal de Protección (FSO, por sus siglas en ruso) ha publicado un libro denominado 'El Kremlin. Cocina especial', en el que se desvelan algunos de los secretos mejor guardados de los líderes soviéticos.
El asesor del director del FSO y uno de los autores del libro, el historiador Serguéi Deviatov, destacó que pese a que la idea de crear una 'cocina especial' para los funcionarios superiores —algo que permitiría garantizar su seguridad y evitar posibles atentados— surgió en el siglo XIX, la 'cocina especial' del Kremlin solo empezó a funcionar en la década de los 30 del siglo pasado. Lo más importante era que los cocineros, camareros y otros empleados de la cocina fueran militares.

Según recordó la cocinera Alevtina Kerina, que trabajó de chef de la 'cocina secreta' entre los años 1956 y 1983 y fue cocinera personal de la familia del líder soviético Nikita Jruschov, las autoridades prestaban gran atención al diseño de la sala de banquetes.

"Cuando Yuri Gagarin voló al espacio, hice cohetes con hogazas de pan. Y cuando botaron el buque de propulsión nuclear Lenin, inventé una composición de mantequilla con el buque, la bandera de la URSS, un trozo de hielo, unos pingüinos y una ballena", agregó.

A su vez, el teniente coronel Alexéi Sálnikov, que trabajó en el Kremlin entre los años 1956 y 1993, destacó que Jruschov tenía su propia copa, un poco más pequeña de lo normal, con una capacidad de solo 30 mililitros de alcohol en vez de los 50 'normales'.

De acuerdo con el libro, las delegaciones extranjeras que llegaban a la URSS siempre llevaban su propia comida, pero estaban tan agradecidas con los cocineros del Kremlin que les solían regalar algo.

"Por ejemplo, los checos nos regalaban jarrones de cristal o porcelanas. En cuanto a la delegación iraní, teníamos la oportunidad de obtener una moneda de oro de 6 gramos con el retrato del shá de Irán. Yo personalmente tuve suerte dos veces", indicó Yuri Ponomariov, empleado de la 'cocina secreta' entre los años 1972 y 1997.

También recordó que una vez el propio Fidel Castro le invitó para hablar.

"Pensé que me iba a regañar. Pero me dijo que le había gustado mucho un postre de peras que le serví, ya que su familia tenía muchos recuerdos felices vinculados con esta fruta", afirmó. Asimismo, agregó que Fidel le reveló que su padre siempre les solía traer a él y a su hermano Raúl una pera cuando regresaba de viaje.

Por su parte, el excamarero de la 'cocina secreta' Anatoli Zhukov no atesora recuerdos tan placenteros.

"Cuando llegamos a Vietnam, el país estaba en ruinas tras la invasión estadounidense. Vimos que los cocineros vietnamitas rompían el hielo contra el suelo y luego lo colocaban en las bebidas", reveló. Según Zhukov, los cocineros del Kremlin tenían que hervir el agua varias veces antes de usarla. Y para protegerse de las hormigas, arrojaban vinagre alrededor de la mesa.

A su vez, el cocinero Guennadi Pavlenko mencionó un curioso episodio que ocurrió durante la presidencia de Borís Yeltsin, una persona bastante impredecible.

"Una vez, durante una visita a China, tuvimos que cocinar… en un cuarto de baño, sobre una mesa de mármol y con una estufa portátil", señaló.

Sálnikov también indicó que los líderes soviéticos, por ser de origen humilde, priorizaban los platos tradicionales rusos. Por ejemplo, a Yeltsin le gustaba mucho comer patatas fritas con setas y cebolla, mientras que a Mijaíl Gorbachov le encantaban los pasteles.

El actual líder ruso, Vladímir Putin, tampoco es exigente con la comida. Se conoce que desayuna con requesón, miel, huevos y legumbres. No obstante, por razones comprensibles, actualmente no hay más información acerca de los 'cocineros secretos' del presidente ruso.

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