Sin embargo, las intenciones del príncipe heredero de liberalizar la economía de su país van a fracasar, pronostica Galvin, en referencia al proyecto del príncipe ben Salmán denominado Visión 2030, cuyo objetivo pasa por "convertir Arabia Saudita en una economía del mercado" antes del año 2030. El profesor estadounidense recuerda que la iniciativa prevé una serie de cambios muy drásticos para la nación árabe que —según está previsto— tendrán que ser concretados en solo 12 años. "El príncipe heredero podrá demostrar que es un verdadero reformador solo liberando de las prisiones sauditas a los presos de conciencia y poniendo fin a la guerra bárbara en Yemen", sostiene Galvin.
Derrota del califato, pero no del Estado Islámico
Tras recordar que en 2017 el califato perdió "todas las mayores ciudades" de Irak que tenía bajo su control y que fue "derrotado", Galvin advierte que el propio movimiento del Estado Islámico no ha desaparecido por completo.
En este sentido, prevé dos hipótesis de desarrollo de la situación. Según el primer escenario, las actividades del grupo terrorista se concentrarán en Irak, dado que "un número significativo de milicianos iraquíes del EI y sus líderes" se unieron al movimiento yihadista por su descontento con el Gobierno "de mayoría chiíta". El otro escenario prevé nuevos atentados del EI a nivel global realizados "con el apoyo de la organización o sin él". Sin embargo, Galvin predice el declive del reclutamiento de nuevos miembros por el EI debido a que carecen de la base desde la que los terroristas podrían "divulgar su propaganda sofisticada".
La situación con Jerusalén, "último clavo en el ataúd de los Acuerdos de Oslo"
Al reconocer Jerusalén como capital de Israel, el presidente de EE.UU., Donald Trump, "fijó un nuevo —y posiblemente el último— clavo en el ataúd de los Acuerdos de Oslo", firmados en la capital noruega en 1993 para ofrecer una base a las negociaciones sobre el estatus de la ciudad en disputa entre Israel y Palestina, asegura James L. Galvin.
El paso dado por Washington no permite vislumbrar una solución pacífica del conflicto, ya que, con el apoyo total de EE.UU., al Gobierno israelí "le falta una motivación para ceder en cualquier aspecto", recuerda Galvin, agregando que existe el factor de "las políticas polarizadas de Oriente Medio". En concreto, recalca que Arabia Saudita presentó en 2002 un plan de solución del conflicto palestino-israelí, según el cual varios estados árabes mejorarían sus relaciones con Israel si este llegase a un acuerdo con la otra parte.
Además, el profesor estadounidense destaca que Israel, Arabia Saudita y otros países del golfo Pérsico forman parte de una "alianza contra Irán", mientras que la cuestión de Palestina ha sido "abandonada".
"Yemen seguirá cayendo en el abismo"
El último escenario para 2018 previsto por James L. Galvin es la continuación de la guerra en Yemen, el conflicto de Oriente Medio al que —en su opinión— menos cobertura han dado los medios. Tras recordar que este conflicto ha dejado ya decenas de miles de muertos y que EE.UU. sigue apoyando a Arabia Saudita en sus intentos de derrotar a los hutíes, el profesor considera que el final de este conflicto "aún no se ve".
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