El presidente del país, Hasán Rohaní, declaró el domingo 31 de diciembre que el pueblo iraní es libre de expresar sus críticas contra el Gobierno y de protestar conforme a la Constitución y los derechos civiles, siempre y cuando las manifestaciones no desemboquen en violencia.
El presidente también mencionó que la ola de protestas puede ser causada tanto por problemas internos como por la incitación desde el exterior. Rohaní señaló que algunos Estados, en particular Arabia Saudita, han intentado "provocar disturbios" en Irán. Anteriormente, las autoridades iraníes ya declararon que los servicios especiales occidentales pueden estar detrás de la organización de protestas en el país.
¿"Una acción planificada"?
La politóloga orientalista Kariné Guevorguián confirmó a RT que en la actualidad la República Islámica vive una situación económica difícil debido a la alta tasa de desempleo.
"En Irán, el desempleo es bastante alto, y los ciudadanos, especialmente los jóvenes, entre los que es más común el paro, se sienten nerviosos e irritados", asegura Guevorguián, que también pone en duda el carácter masivo de las acciones de protesta y destaca las grandes diferencias en la presentación de esta información por parte de los medios locales y occidentales. Guevorguián opina que, a juzgar por las informaciones de algunos medios, las protestas podrían ser "una acción planificada".
Reacciones internacionales
La Casa Blanca no tardó en apoyar a los manifestantes argumentando que el pueblo iraní tiene el derecho a expresarse y que su voz debe ser escuchada.
Este 1 de enero, el presidente de EE.UU., Donald Trump, expresó su apoyo a los protestantes al publicar en su cuenta de Twitter que "el gran pueblo iraní ha sido reprimido durante muchos años".
Además, subrayó que los ciudadanos iraníes "están hambrientos de comida y de libertad. Junto con los derechos humanos, la riqueza de Irán está siendo saqueada. ¡Es hora de cambiar!", publicó el mandatario estadounidense.
La embajadora de EE.UU. en la ONU, Nikki Haley, a su vez, calificó las protestas en el país como una prueba para las autoridades iraníes. Al mismo tiempo, el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, cree que si hay un cambio de poder en Irán se pueden establecer relaciones amistosas entre los dos países.
El Ministerio de Relaciones Exteriores de Rusia ha declarado que considera inaceptable la injerencia externa en la situación en Irán. "Se trata de un asunto interno de Irán. Esperamos que la situación no se desarrolle bajo un escenario de violencia y derramamiento de sangre. Una interferencia externa que desestabilizara la situación sería inaceptable", comentó los desórdenes en Irán la Cancillería rusa.
Bloqueo de Telegram
Debido a las protestas, las autoridades iraníes decidieron limitar temporalmente el acceso a la red de mensajería Telegram, muy popular en el país. Pavel Dúrov, el director ejecutivo de Telegram, comunicó este domingo a través de Twitter que la aplicación había sido bloqueada para la mayoría de los iraníes.
No creo que la situación actual conduzca a un cambio de régimen
"Las autoridades iraníes están bloqueando el acceso a Telegram para la mayoría de los iraníes después de nuestra negativa pública a cerrar https://t.me/sedaiemardom y otros canales de aquellos que protestan pacíficamente", escribió. Los iraníes, por su parte, reportan que Telegram ahora es inaccesible para las redes de telefonía móvil.
Lucha de dos grupos políticos
Vladímir Sazhin, investigador principal del Instituto de Estudios Orientales de la Academia Rusa de Ciencias, considera que es poco probable que los disturbios en Irán conduzcan a un cambio de liderazgo o una revolución.
El experto recordó que en el país luchan dos grupos políticos: los reformadores liberales liderados por el presidente Rohaní y los conservadores que respaldan la islamización. Según Sazhin, algunos ciudadanos están insatisfechos con las restricciones impuestas por los conservadores proislámicos.
"Esta lucha continúa ahora, pero no creo que la situación actual conduzca a un cambio de régimen", dijo el experto, aunque añadió que las protestas sí pueden tener grandes consecuencias para las autoridades del país. En la lucha política interna, ambas partes pueden beneficiarse de estas protestas. "Pero no creo que haya una nueva revolución y el liderazgo islámico sea derrocado", concluyó el orientalista.
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