Decenas de miles de personas se congregaron al pie del rascacielos más alto del planeta, Burj Khalifa, cuyo lado oriental se convirtió durante la Nochevieja en una pantalla de 828 metros de altura en la que se proyectaron durante siete minutos diversos ornamentos geométricos, caligrafía árabe, imágenes de un águila volando y un retrato del primer presidente de los Emiratos Árabes Unidos, Zayed bin Sultán Nahayan.
El espectáculo de música y luces, que se extendió también a las torres vecinas y a la famosa Fuente Danzante de Dubái, ocupó una superfice de 109.000 metros cuadrados, más que el doble en relación con el anterior récord del Libro Guinness, de más 46.000 metros, registrado en Hong Kong en el año 2013.
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