A principios de este mes el senador ruso Víctor Bóndarev denunció que el Gobierno del presidente ucraniano Petró Poroshenko mantiene en sus prisiones a más de 400 presos políticos de nacionalidad rusa.
El propio mandatario de Ucrania aseguró que estaba dispuesto a canjear a más de 15 ciudadanos rusos por "prisioneros" ucranianos que cumplen condena en las cárceles de Rusia.
A este respecto, Peskov aclaró que los reos ucranianos no pueden ser considerados como prisioneros ya que fueron juzgados por cometer delitos.
En noviembre de 2016 el servicio ucraniano de inteligencia SBU secuestró a dos militares rusos en Crimea.
Ucrania acusa a los dos uniformados de alta traición y deserción, y es que antes de la adhesión de Crimea a Rusia en 2014 los dos oficiales servían en el Ejército ucraniano.
Crimea se incorporó a Rusia tras celebrar en marzo de 2014 un referéndum en el que más del 96% de los votantes avalaron la unificación.
Las autoridades ucranianas no reconocieron los resultados del plebiscito.
La consulta popular se llevó a cabo un mes después del golpe de Estado que se produjo en Ucrania y que desencadenó un conflicto armado interno en el sureste de ese país.
El presidente ruso, Vladímir Putin, recalcó en reiteradas ocasiones que el tema de Crimea está "cerrado definitivamente".
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