Papa Francisco rompe con la derecha y se acerca al PRI con nuevo arzobispo de México
La carrera eclesial del designado al máximo cargo de la iglesia católica en México fue impulsada cuando fue ungido cardenal por Francisco, en noviembre del 2016.
Hasta ahora, el recién entronizado se desempeñó como Arzobispo de Tlalnepantla, una populosa región del Estado de México que rodea la capital, feudo histórico del grupo de Peña Nieto.
"Los principales estudiosos de la Iglesia católica en México lo definen políticamente cercano al PRI, al clero oficialista que son un clan muy notorio", dijo el autor del libro "Topar con el Vaticano", una documentada reivindicación de la Teología de la Liberación latinoamericana.
El experto estima que la derecha católica de Norberto Rivera, que durante 22 años gobernó con apoyo de la ultraconservadora congregación de Los Legionarios de Cristo, "cederá espacios al clero oficialista de Aguiar, que se acercará más al PRI".
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Francisco quiere superar los tiempos de Rivera, designado a un "sustituto conservador", definió Alonso.
El nuevo arzobispo "acepta desde una perspectiva menos derechista las directivas del Vaticano sobre temas como la homosexualidad y el aborto", dice el experto en sociología de la religión y exsacerdote jesuita.
A lo largo de 2017, la jerarquía eclesial en México adoptó una posición muy crítica sobre los problemas sociales, la crisis económica, la violencia y el descontento de la población.
Sobre todo, la publicación oficial de la Arquidiócesis Primada de México "Desde la Fe", intensificó sus abiertas diatribas con el Gobierno, acotó el exsacerdote, quien recorrió durante décadas América Latina con la Compañía de Jesús.
La saliente jerarquía mostró su molestia con Peña Nieto por su enfoque liberal sobre temas controvertidos.
"El matrimonio homosexual o el cambio de orientación sexual en la infancia lo consideran una desviación que puede ser corregida", indicó el especialista.
Otra critica muy clara fue contra "los salarios indecentes de los gobernantes y la corrupción".
Pero desde la visita del papa Francisco a México, en febrero de 2016, fue claro el distanciamiento con respecto de Norberto Rivera.
"A quienes conocemos la tradición jesuítica, nos gustaría pensar que parte del distanciamiento fue resultado del ataque de Rivera a las instituciones de la Compañía de Jesús en México, hace unos 20 años, que lo llevaron a convertirse en cardenal, con el apoyo al nuncio Girolamo Prigione (1992-1997)", recuerda el autor.
Prigione fue el artífice del restablecimiento de las relaciones de México y el Vaticano, y toleró los abusos del derechista sacerdote pederasta Marcial Maciel, fundador de los Legionarios de Cristo.
Rivera también ha sido señalado de encubrir a sacerdotes pederastas.