Destacó que para reducir la tensión todas las partes deben abstenerse de actos de provocación e intentar establecer un diálogo constructivo.
A partir del lunes Estados Unidos y Corea del Sur llevan a cabo las maniobras conjuntas de cinco días, que pueden llegar a ser las más importantes en cuanto a las fuerzas implicadas en la historia de la alianza y pretenden mostrar la capacidad de Seúl y Washington de responder a las "provocaciones" de Pyongyang.
Pyongyang disparó el 29 de noviembre un nuevo misil balístico intercontinental (ICBM), bautizado Hwasong-15, que según indicó, es capaz de portar una cabeza nuclear de gran tamaño y alcanzar "todo el territorio de Estados Unidos".
Fue el primer misil lanzado por Corea del Norte desde el 15 de septiembre, aunque en los meses anteriores había realizado una quincena de pruebas de proyectiles balísticos, incluyendo los ICBM capaces de alcanzar el territorio de EEUU, y el ensayo de una bomba de hidrógeno para ser colocada en misiles intercontinentales.
A principios de julio pasado, Moscú y Pekín se pronunciaron por declarar una moratoria simultánea sobre el programa norcoreano de misiles y armas nucleares y los ejercicios conjuntos a gran escala de EEUU y Corea del Sur, así como avanzar hacia la desnuclearización de la península de Corea.
Washington hizo caso omiso a la propuesta y tampoco la apoyó Pyongyang.
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