La cumbre de Kuwait pone a prueba el bloqueo a Qatar de los países del Golfo
Fue la primera vez que el jeque Mohammed y Al Jubeir se encontraban desde que el pasado 5 de junio Arabia Saudí, Emiratos Árabes y Bahréin, junto a Egipto, cortaron lazos diplomáticos y comerciales con Qatar bajo la acusación de que el rico emirato apoya el terrorismo islamista y empatiza con Irán, el archirrival de la monarquía saudí. Acusaciones estas que Doha niega con vehemencia. Pero el encaje de bolillos kuwaití sólo duró hasta el almuerzo, al que el enviado catarí no asistió. Ninguno de los ministros hizo declaraciones a la prensa.
En el mensaje de bienvenida, el anfitrión kuwaití expresó el deseo de su país de que la cumbre del CCG, la 38ª que se celebra desde su fundación en 1981, continúe siendo el marco que sirva a la región en su desarrollo. Pero todas sus referencias a los momentos puntuales en que el foro ha sido instrumental, como tras la invasión de Kuwait por parte de Irak en 1990, no pueden ocultar la grave crisis actual que llegó a poner en duda su celebración. Horas antes de la cita, aún no había confirmación de la presencia del rey Salmán de Arabia Saudí, piedra angular de la alianza por su peso económico y demográfico.
“La crisis es demasiado profunda y muy complicada… No creo que se resuelva durante la cumbre”, ha declarado el analista kuwaití Saleh al Saeedi, citado por el diario Kuwait Times. En su opinión, lo que “Kuwait espera es congelar al menos la disputa, frenar su deterioro y dar el siguiente paso”. Quizá sea lo máximo que se pueda lograr tras el fracaso de sus esfuerzos de mediación para intentar resolver la que se considera la peor crisis que ha atravesado el grupo regional y que ha puesto en duda su continuidad.
Sputnik