En aquella primera ocasión también se filtró agua marina, pero esta fue detenida por un "piletón" interno que resguardaba a la máquina de entradas súbitas de líquido, según detalla un artículo del periódico Clarín.
Esta clase de fallos no son extraordinarios en submarinos como el ARA San Juan, que cuenta con varios compartimentos aislados. Ninguno de estos llegó a inundarse en septiembre. Sin embargo, el incidente hizo que los mandos decidieran meter al sumergible en los talleres de reparación en 2018.
La avería, mencionada en un documento interno de la base de la Armada en Puerto Belgrano, reapareció antes de lo previsto. El 'snorkel' volvió a dejar pasar agua este trágico 14 de noviembre, algo de lo que tenemos constancia debido a la última comunicación transmitida desde la embarcación.
Esta vez, el ingreso de agua afectó al tanque de baterías número 3, ocasionando un cortocircuito y un incendio en el balcón de barras de baterías, según alertó el capitán en su último mensaje. Probablemente, esta cadena de sucesos originó la posterior implosión en el sumergible, que los expertos citan como la posible causa de su desaparición.
Es de importancia especial, según señala la fuente, que el reporte alcanzara muy tardíamente al mando militar supremo. El ministro Oscar Aguad no supo de su existencia hasta hace unos días, dentro de la investigación que se lleva a cabo de manera simultánea a las labores de búsqueda.
Los equipos de rastreo han detectado varias posibles localizaciones del ARA San Juan en el fondo del Atlántico y van excluyendo aquellas que no hayan sido confirmadas por los sónares y otros instrumentos de reconocimiento bajo el agua. El jueves pasado se anunció el cese de los trabajos de rescate de la tripulación.
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