El fin de los trasplantes de corazón: ¿una realidad cercana?

  01 Diciembre 2017    Leído: 2897
El fin de los trasplantes de corazón: ¿una realidad cercana?
Hace 50 años, se realizaba en Sudáfrica el primer trasplante de corazón de la historia. Esta intervención revolucionó la cardiología a nivel mundial y dio una esperanza para alargar la vida de miles de personas. Sputnik consultó a especialistas para conocer el significado de este hito y cómo será el futuro de la técnica.
Ya se había intentado en otros lugares, pero lo consiguió el 3 de diciembre de 1967 Christiaan Barnard, un cirujano sudafricano. El corazón de una mujer de 25 años fallecida en un accidente fue colocado exitosamente en el cuerpo de un comerciante de 56 años, con una irreversible afección coronaria. La sobrevida del paciente fue de 18 días y murió a raíz de una infección.

"Los primeros trasplantes duraban días o meses, a lo mejor un año o dos. Ahora estamos hablando de una supervivencia del 50% en corazón trasplantado que llega entre el 17 a 20 años. Hasta ahora el trasplante que más ha durado son 36 años", dijo a Sputnik Dimpna Albert, cardióloga pediátrica y coordinadora médica de trasplante en el Hospital Materno-Infantil Vall d'Hebron de Barcelona.


50 años del trasplante de corazón que cambió la medicina50 años del trasplante de corazón que cambió la medicina

Estas cifras demuestran el gran avance que se recorrió desde el momento en el que, en pleno Apartheid, Barnard realizó su cirugía, no exenta de cuestionamientos éticos desde sectores más críticos.
Luego, la aparición de nuevos fármacos para controlar infecciones y rechazos —particularmente la ciclosporina y el tacrólimo— permitieron aumentar la sobrevida de manera considerable y plantear el trasplante como una opción más viable.

Para la década de 1980, ya se realizaba exitosamente en varios países del mundo. Hoy, es una alternativa real para personas de menos de 65 años que sufren miocardiopatías o tuvieron infartos que repercutieron en una disfunción ventricular.

"La medicina va avanzando y, como digo a mis pacientes, hace 20 años, la supervivencia era muy baja. Ahora es de 20 y dentro de otros 20, será quizás de 40", aseguró Albert, expresidenta de la Sociedad Española de Cardiología Pediátrica.

Actualmente, los dispositivos de asistencia ventricular permiten mejorar las calidad de vida de las personas en la lista de espera para recibir un trasplante. Y mientras que otros órganos encuentran en la impresión 3D y otras tecnologías un posible reemplazo, según la doctora, en el caso del corazón se "está muy lejos".
"Otros órganos como el hígado se pueden replicar. El hígado crece, con lo cual para trasplantarlo se cortan trocitos de hígado de las madres y los padres y se ponen en los hijos y eso crece. Están haciendo órganos con tecnología 3D. Pero no con el corazón", dijo la experta.

Actualmente hay algunos dispositivos mecánicos conocidos como 'corazones artificiales' que pueden ser utilizados por plazos breves en la espera de un órgano, como en el caso del SynCardia, utilizado en algunas clínicas. Pero "están muy lejos de la realidad" en cuanto a durabilidad, opinó la experta.

"Podemos poner un corazón artificial un tiempo porque no habrá donación, pero falta todavía un poco para conseguir [imitar] cómo funciona el corazón, cómo se mantiene la batería", dijo.

"Las células madre, la reparación y creación de nuevos órganos en el corazón no se ha conseguido porque no es solo un músculo y una bolsa: se tiene que sincronizar el músculo con el latido y el ritmo", agregó.

Roberto Canessa, cardiólogo infantil uruguayo, explicó a Sputnik que uno de los principales desafíos que hay es "el gran cuello de botella" planteado por la falta de donantes. En algunas legislaciones, como la uruguaya o la española, todas las personas mayores de 18 años son dadoras a menos que expresen su no consentimiento.
Sin embargo, en Uruguay, en el caso de los niños esto no se da así, explicó Canessa, por lo cual hay organizaciones que están trabajando para que la ley funcione de igual manera que con los adultos. Casos en ese país y en Argentina han generado alerta sobre el tema.

"Es un tema de concientización, porque todo el mundo está dispuesto a recibir un corazón pero no todos tienen tan claro el darlo. Es un órgano que hay que sacar cuando está latiendo. Eso tiene implicancias filosóficas y éticas y es muy respetable que las personas piensen diferente", dijo el médico.

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