Estas medidas rusas tendientes a restablecer las relaciones bilaterales prácticamente congeladas durante los últimos siete meses han sido posible después de que Erdogan escribiera una carta a Putin en la que manifestaba su pesar por el derribo del Su-24 el 24 de noviembre de 2015 y la muerte del piloto ruso y en la que, además, le pedía disculpas.
El atentado en el aeropuerto de Estambul constituye un nuevo golpe a la industria turística turca, que ya estaba en situación bastante crítica debido a las sanciones del Kremlin. Los turistas rusos —3,5 millones de personas al año— se redujeron en un 95% debido a la prohibición de Moscú de organizar vuelos charters y vender paquetes con destino los balnearios turcos. Ahora el levantamiento de este veto puede dar un respiro al sector turístico turco, que verá disminuido el número de visitantes europeos debido a los temores que ha despertado el ataque terrorista del martes por la noche.
Tuvieron que pasar siete meses para que Erdogan aceptara disculparse por el derribo del avión ruso y así poder comenzar el restablecimiento de las relaciones con su antiguo socio. Ello se debió no solo a las consecuencias económicas que han tenido para Turquía las sanciones impuestas por Rusia, sino también al creciente aislamiento internacional de Ankara. Para paliar tanto este aislamiento como la situación económica, Erdogan anunció asimismo el lunes la normalización de las relaciones con Israel, que se habían hundido en 2010 después de que las fuerzas israelíes atacaran a una flotilla internacional que llevaba ayuda humanitaria a Gaza; en aquella ocasión perecieron 10 ciudadanos turcos.
Etiquetas: