A esta etapa le precede un período —a veces de varias semanas— en que una sustancia "fría" y densa se viene acumulando en la corona del Sol hasta alcanzar una masa por la que se vuelve inestable y se desprende.
"Entre el material de la protuberancia predomina el hidrógeno "frío", con temperatura de menos de 10.000 grados, o 100 veces más baja que la de la corona (cerca de un millón de grados), precisamente por eso la protuberancia vista desde arriba luce como un objeto oscuro, a menudo como un hilacho", dicen científicos.
¿Cómo un objeto tan frío puede existir durante semanas sin calentarse dentro de la caliente corona solar?, es uno de los enigmas de la física del Sol, su resolución se busca en numerosos estudios.
Las protuberancias figuran entre los pocos objetos solares que pueden verse desde la Tierra usando un filtro astronómico, por ejemplo el H-Alpha.
Cuanto más tiempo "vive" la protuberancia en la corona, tanto mayor masa acumula y tanto más voluminosa será la eyección.
La protuberancia que se observa actualmente es una de las más grandes de los últimos años, si el desprendimiento se produce en los próximos días (la probabilidad de eso es de un 10%), tendremos un espectáculo muy bello y también un empeoramiento de la situación geomagnética durante uno o dos días posteriores, dicen astrónomos.
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