El óleo que muestra a Jesucristo como salvador del mundo es el mayor redescubrimiento artístico del siglo XXI. Que se sepa, hay menos de 20 tablas creadas por el genio renacentista italiano que sobrevivieron al paso del tiempo. Esta emergió en 2005, tras un hiato de casi un siglo. La obra data de 1500 y durante décadas se pensó que había sido destruida. “Es un testamento de la relevancia que sigue teniendo su pintura”, valora Loic Gouzer, de la casa de subastas Christie´s.
La noche arrancó suave con una obra de Adam Pendleton. Al cuarto de hora llegó al lote 9B, en medio de una gran expectación. La puja del Da Vinci comenzó en 70 millones. Se tomó un pequeño respiro en los 100 millones, como si estuviera cogiendo fuerza antes de la remontada. En tres minutos llegó a los 200 millones. La puja se prolongó durante 19 minutos. La batalla la libraron dos compradores anónimos que hicieron sus apuestas por teléfono. El martillo cayó en los 400 millones, a lo que hay que sumar la comisión.
Salvator Mundi se pintó en el mismo marco temporal que la Mona Lisa. La composición es muy similar y son un perfecto ejemplo del misterio que rodea su trabajo. Su historia también es extraordinaria. La pintura decoró la estancia privada de Henriqueta María de Francia, esposa del rey Carlos I de Inglaterra, en el palacio en Greenwich. Desapareció tras ser subastada en 1736. Sir Charles Robinson la compró en 1900 pensando que era un trabajo de un discípulo de Leonardo.
La obra maestra de Da Vinci quedó de nuevo en el olvido, perdida entre otros trabajos artísticos que integraban su colección. La pintura, que había sido manipulada, fue consignada a la casa de subastas Sotheby´s para su venta en 1958, por la que se pagó 45 libras esterlinas. Volvió a desaparecer hasta que reemergió en una pequeña subasta hace doce años. El redescubrimiento movilizó a expertos en el trabajo de Leonardo, que certificaron su autenticidad.
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