Pasados 25 años, un grupo de ambientalistas encabezado por William J. Ripple, de la Universidad Estatal de Oregón, ha evaluado los cambios que han ocurrido durante este tiempo y ha lanzado una segunda 'Advertencia de los científicos del mundo a la Humanidad', firmada por más de 15.000 expertos independientes.
En su estudio, los especialistas utilizaron los datos de las organizaciones climáticas nacionales que publican informes anuales sobre mediciones de temperatura y emisiones de gases de efecto invernadero. Los investigadores destacaron varios indicadores principales para evaluar los cambios que se han producido y su impacto en el medio ambiente.
Desgraciadamente, la mayoría de las tendencias negativas siguen siendo actuales o incluso se han agravado en nuestros días. Así, durante 25 años, la cantidad de agua dulce disponible per cápita disminuyó en un 26%. Se redujo drásticamente el número de peces silvestres.
Asimismo, aumentó en tres cuartos la cantidad de las llamadas 'zonas muertas' en el océano. Se talaron unos 120 millones de hectáreas de bosques. El nivel de dióxido de carbono en la atmósfera y la temperatura media en la Tierra continúan creciendo. La población total en el planeta aumentó en un 35%, mientras que el número total de animales vertebrados disminuyó en casi 30%.
"La humanidad no está tomando las medidas urgentes necesarias para salvaguardar nuestra biosfera en peligro", avisan los científicos.
Sin embargo, los autores del estudio admiten que hay ciertos logros positivos. La rápida disminución global de las sustancias que agotan la capa de ozono y el impulso a las energías renovables "muestran que podemos hacer cambios positivos cuando actuamos de manera decisiva".
Para preservar el planeta de graves problemas medioambientales, los ecologistas proponen establecer y mantener más reservas terrestres y marinas, buscar tecnologías industriales menos nocivas, controlar el nivel de residuos, reforzar las leyes contra la caza furtiva, restringir el comercio de vida silvestre, ampliar la planificación familiar, promover un cambio dietético basado en vegetales y adoptar masivamente energías renovables.
Los científicos llaman a la humanidad a hacer caso de la advertencia antes de que sea demasiado tarde.
"Pronto será demasiado tarde para cambiar el rumbo de nuestra trayectoria fallida, y el tiempo se acaba. Debemos reconocer, en nuestra vida cotidiana y en nuestras instituciones de Gobierno, que la Tierra con toda su vida es nuestro único hogar", advierten los investigadores.
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