"Mientras tanto de la parte ucraniana llegan señales desagradables e inadmisibles para mí como presidente de la República de Polonia, no puedo consentir que unas personas que ocupan cargos directivos en Ucrania propugnen nociones de hecho antipolacas", señaló.
Polonia y Ucrania divergen en su percepción del recuerdo histórico, Varsovia condena el ensalzamiento por Kiev de la organización de los nacionalistas ucranianos OUN-UPA (proscrita en Rusia) y critica los actos de vandalismo que se cometen con regularidad en Ucrania en lugares donde se rinde tributo a los polacos.
El Parlamento de Polonia calificó como genocidio las masacres de los polacos cometidas, según Varsovia, por los nacionalistas ucranianos de 1939 a 1945 en Volinia, Galicja Oriental (regiones históricas en el oeste de Ucrania) y en el sureste del territorio de la Segunda República Polaca.
La Rada Suprema (Parlamento ucraniano) emitió una declaración que censura tal decisión del legislativo polaco señalando que "pone en peligro los logros alcanzados en las relaciones políticas y diplomáticas bilaterales".
El canciller de Polonia, Witold Waszczykowski, advirtió hace poco que las autoridades polacas prohibirán la entrada en el país a las personas que mantengan una posición antipolaca y a cuantos "usen instrumentos administrativos" contra la república, sin revelar quién ya figura o puede figurar en "la lista negra".
Según medios polacos, la prohibición se extenderá, en particular, al jefe del Instituto ucraniano de la Memoria Nacional, Vladimir Viatrovich, que critica con regularidad la política de Varsovia.
Sputnik
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