El informe se entregó a la ministra del Interior del Reino Unido, Amber Rudd, todavía en mayo de este año. No obstante, solo ahora el documento se ha hecho público.
Tony Smith, ex director general del Servicio Fronterizo británico, comentó a Sputnik que el informe revela unos resultados tristes para el Gobierno y muestra que el sistema responsable de monitorear a los inmigrantes está sobrecargado y no cumple con la cantidad de trabajo que debe.
Smith también observó que el panorama general de la crisis migratoria en Europa es aún peor.
"Si se mira a la inmigración en general, al Reino Unido le está yendo bien. Tenemos nuestro propio sistema de fronteras, no somos parte del grupo Schengen, tenemos sistemas de control bastante buenos antes y durante la entrada".
El interlocutor de la agencia señaló que la estrategia británica es prevenir la entrada de los inmigrantes ilegales en el país. Pero el problema es que una vez que la gente llega al Reino Unido, resulta difícil deportarlos porque hay una serie de obstáculos.
"Tenemos buena información operativa, sabemos dónde viven o trabajan ilegalmente las personas. Pero cuando los arrestamos, siempre hay una razón por la que no pueden ser deportados inmediatamente. A menudo las personas presentan una nueva petición de asilo, declaran nuevas circunstancias", comentó.
Smith también señaló que los presupuestos del Ministerio del Interior "se recortan anualmente durante los últimos nueve años".
"Apoyaría el aumento de los recursos y un mejor monitoreo de las personas. Todavía confiamos mucho en sistemas de papel. En cambio, podríamos tener un sistema de registro biométrico, usar la identificación y otras tecnologías nuevas", concluyó.
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