Desde las tres de la tarde de este domingo soleado en Nueva York se vivió una fiesta latina en los aparcamientos del estadio que normalmente acoge a los Jets y los Giants, los dos equipos de fútbol americano de la ciudad. Al son de ritmos latinos y entre el humo de las barbacoas, camisetas albicelestes y rojas saltaban al unísono, gritando y cantando. Lejos de mostrar alguna rivalidad, argentinos y chilenos bailaron juntos, bromearon entre sí y se hicieron fotos.
Pero la verdadera fiesta estaba en el césped del MetLife Stadium. Había no solo camisetas argentinas y chilenas, sino también panameñas, colombianas y peruanas. Una fiesta para todos los latinoamericanos de Estados Unidos.
La mayoría, pese a todo, eran argentinos. Algunos llevan años viviendo años en Nueva York. Como Santiago Irigoyen, argentino de Rosario, la ciudad donde nació Messi, que vive en el estado de Connecticut. “Hemos ido a todos los partidos de Argentina en la Copa América”, dice Irigoyen. “Hoy, sin duda, nos cargamos a Chile 3-1”, pronosticaba. Pero los había también que han volado desde el Cono Sur del continente para ver a su equipo. Es el caso de Daniela González, de 19 años, que aterrizó desde Santiago de Chile para ver el partido. “Chile gana, da igual quién marque, pero por favor que ganemos”, afirmaba.
Chilenos y argentinos se mezclaron amigablemente. La mayoría argentina no preocupaba a los chilenos. “En Santa Clara, cuando ganamos 7-0 a México sólo se veían puntitos rojos entre la marea verde mexicana”, comenta un periodista chileno.
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