"Hemos comprobado que, aunque Totten esté 'durmiendo', seguramente no está en coma. Vemos señales de capacidad de respuesta y bastaría un fuerte viento para despertarlo", explica el principal autor del estudio, Chad Greene.
Aguas más cálidas ascienden desde los niveles más profundos del océano (debido al fenómeno conocido como 'surgencias') a causa de los fuertes vientos fuertes, de tal forma que empiezan a circular bajo la barrera del hielo de Totten, que está en el agua y que bloquea la parte principal del glaciar para que no se desplace hacia el océano, precisa Scientific America.
Entre 2001 y 2006 la aparición de agua de unos pocos grados más provoco que el hielo en toda la zona de la Antártida empezara a desplazarse hacia el mar un 5% más rápido de lo habitual, precisa el estudio. Lo que parecen cambios poco importantes, en realidad son indicios de deshielo en la Antártida, que hasta ahora se consideraba más estable. Los expertos temen que estos procesos se intensifiquen en los años posteriores.
En realidad, la desestabilización de Totten, y el consiguiente aumento del nivel del mar, no será un proceso repentino y sus consecuencias no serán perceptibles en décadas, tranquiliza Greene. Otros glaciares muy inestables que se encuentran en el oeste de Antártida causan mayor preocupación a los científicos a corto plazo, precisa.
RT.actualidad
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