Esta corrupción generada en las altas esferas políticas y empresariales se ve reflejada en otros aspectos como el incremento en los índices de delincuencia y criminalidad, que si bien mantienen distancia de las cifras reveladas por otros países de la región, permanecen en aumento.
Además el informe indica que 38 % de los encuestados reconocieron haber pagado sobornos, haber hecho regalos o favores a cambio de un servicio público durante el último año, superando también el promedio regional de 29 %.
La encuesta concluye que los sectores sociales de menor poder adquisitivo son aquellos en que el impacto de los sobornos y la corrupción tienen mayor repercusión.
HispanTV.es
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