La Armada de EEUU sustituirá a los submarinos de la clase Ohio por los novedosos submarinos de designación estratégica de clase Columbia. La Fuerza Aérea recibirá el nuevo bombardero B-21. Sus diseñadores sostienen que la aeronave podrá utilizar tanto armas convencionales como nucleares. Además, EEUU planea sustituir los anticuados misiles nucleares Minuteman por proyectiles más nuevos y fiables.
Este es el primer plan tan detallado y de tal calado previsto para los próximos 30 años. Este documento analiza y pronostica los futuros gastos que habrá que afrontar para desarrollar el arsenal nuclear del país norteamericano.
Sin embargo, los grandes recursos financieros están reservados para implementar los siguientes programas y desarrollar otros modelos de armas.
EEUU gastará 25.000 millones de dólares en mantener el nivel necesario y modernizar los sistemas tácticos nucleares de transporte aéreo, además de invertir 445.000 millones de dólares en construir un complejo de laboratorios, responsables de mantener en buen estado las armas nucleares, las comunicaciones y los sistemas de alerta de ataques.
Por si fuera poco, la Oficina de Presupuesto del Congreso prevé asignar 313.000 millones de dólares en modernizar los submarinos nucleares, 149.000 millones de dólares en mejorar los misiles balísticos intercontinentales, 266.000 millones de dólares en los bombarderos y 44.000 millones de dólares en otros sistemas.
El Pentágono demostró que las armas existentes se quedarán anticuadas como medio de disuasión en las próximas dos décadas, escribe el periodista ruso Mijaíl Jodarenok, en un artículo para el medio Gazeta.ru.
No obstante, varios analistas opinan que en caso de que la Administración Trump decida dedicarse a desarrollar nuevas tecnologías o de alguna manera privilegiar a un componente de la triada nuclear podrá cambiar la estructura de gastos dedicados a la modernización de las Fuerzas Nucleares Estratégicas del país y salir de los márgenes de la estrategia presentada en el plan.
Los 1,2 billones de dólares suponen solo el 3% de la suma total que EEUU prevé asignar para la defensa nacional en los próximos 30 años. Por su parte, la Fuerza Aérea acumula gastos en otras esferas. Esta acumulación puede conducir a un colapso cuyos efectos podrán verse en la próxima década, opinan varios analistas estadounidenses.
"En caso de que la Administración Trump no vuelva a la sensatez en el financiamiento del programa de modernización de las Fuerzas Nucleares Estratégicas o en el peor de los casos acelere e incremente los gastos, esto amenazará a otros programas prioritarios desarrollados en la esfera de la seguridad nacional de EEUU", advirtió Kingston Reif, politólogo de la Asociación de Control sobre las Armas, citado por el periodista.Sputnik
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